¿Cuál es la agenda de estos grupos antiderechos en Ecuador?
Tienen una agenda sumamente estructurada porque muchos de ellos incluso están financiados por organizaciones antiderechos. Por ejemplo, Geraldine Beber ingresó una ley de la adopción desde el vientre. Pierina Correa ha intentado poner varias mociones antiderechos. También buscan limitar todas las propuestas que puedan tener progresividad en materia de derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas gestantes, pero también a la población de la diversidad sexual.
¿Qué aprendizajes he dejado en el movimiento feminista la incidencia para esta ley?
Nos ha mostrado la importancia de tener claridad del contexto que existe en la Asamblea Nacional. Y que no fue un escenario político en donde se pueda hacer incidencia muy fácil, porque hay intereses en juego que se mueven. Creo fundamentalmente que el cambio de posturas de los asambleístas no responde a temas ideológicos, sino a negociaciones de votos y de otras índoles. Por eso decimos que los derechos de las mujeres siguen siendo negociados, son un capital de cambio entre las bancadas.
Este proceso también nos ha enseñado la importancia de tener estrategias y consensos mínimos entre nosotras que hemos tenido posturas distintas dentro del movimiento. Muchas veces esa incidencia que se hace desde distintos puntos de vista puede tener un efecto contrario, porque la gente utiliza esas diferencias que pueden ser legítimas entre nosotras para torcerse.
¿Existe algún mecanismo para superar el veto?
Primero hay que ver qué pasa en la Asamblea Nacional. Ellos tienen la posibilidad de rechazar el veto y mandarlo a la Corte Constitucional. Después, hay otros mecanismos más. Nosotras como demandantes vamos a intentar activar distintos mecanismos constitucionales. Podemos poner una demanda de incumplimiento porque no se cumplen los parámetros de la sentencia. Vamos a ingresar varios descritos para lograr un pronunciamiento de la Corte. Y, además, tenemos la posibilidad de presentar una acción de inconstitucionalidad en caso de que la ley del Ejecutivo se apruebe.
Si se logra superar el veto, ¿qué aspectos de la ley modificaría para garantizar un acceso integral al derecho al aborto por violación a las sobrevivientes de violencia sexual?
El tema del plazo. Me parece sumamente restrictivo un plazo de 12 o 18 semanas en un país como el nuestro, donde las mujeres no tienen acceso a información ni a servicios de salud. Y cuando todos los estándares internacionales en materia de derechos humanos dicen que se tiene que generar condiciones para que las mujeres puedan acceder a servicios de salud reproductiva sin trabas, sin obstáculos, sin barreras. Permitir y promover la prevención de riesgos en los abortos. Eso es lo que creo que debería modificarse de la ley que aprobó la Asamblea.