Con la salida de Manuel Merino, el Congreso se reunió para elegir una nueva Mesa Directiva, lo que daría paso a un nuevo presidente interino, elegido de una lista conformada por congresistas que no apoyaron la vacancia del vacado ex presidente Martín Vizcarra. De esta manera, la lista encabezada por el legislador Francisco Sagasti (Partido Morado) consiguió 97 votos a favor, 26 en contra y 0 abstenciones.
El martes 17 de noviembre, un día después de la elección de la nueva mesa directiva del Parlamento, Sagasti juraba como presidente interino de la República. En tanto, Mirtha Vásquez (Frente Amplio) asumió la presidencia del Parlamento, mientras que Luis Roel y Matilde Fernández juramentaron como primer y segundo vicepresidentes, respectivamente.
A pesar del breve tiempo que Francisco Sagasti tendrá para culminar su mandato, los retos y pendientes que generaron la última crisis política tras la vacancia de Martín Vizcarra son amplios. Una de sus primeras medidas anunciadas fue la “modernización de la Policía Nacional del Perú (PNP)”, tras su violento accionar contra la ciudadanía y la prensa.
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) reportó que la represión policial del sábado dejó dos jóvenes fallecidos, al menos 114 heridos y 41 desaparecidos, que fueron encontrados en el transcurso de los días. Uno de ellos, Luis Araujo, indicó que permaneció en una habitación por tres días sin comer ni beber, en donde efectivos del grupo Terna lo torturaron física y psicológicamente. Una de las jóvenes detenidas denunció que efectivos policiales le habrían hecho tocamientos indebidos y le obligaron a quitarse la ropa y a hacer ejercicios desnuda.
“Quiero reiterar mi profundo pesar por los hechos ocurridos en las movilizaciones ciudadanas, en las cuales dos jóvenes perdieron la vida, otros ciudadanos resultaron heridos –algunos de ellos de gravedad- y otros fueron afectados en su dignidad durante su detención”, declaró Sagasti.
La pandemia de la COVID-19 será otro de los retos que deberá asumir el nuevo jefe de Estado, que resaltó esta situación como uno de los desafíos centrales de su gobierno. Además, durante su mensaje anunció que buscará un punto medio entre reducir los casos de COVID-19 y la reactivación de nuestra economía: “Diseñar medidas diferenciadas, de acuerdo a cada región. No nos sirven medidas iguales, para un país tan diverso como el nuestro, con condiciones tan diferentes en cuanto a la pandemia y sus consecuencias”.
Sin embargo, uno de los grandes problemas del Perú y de los pendientes que deberá asumir Francisco Sagasti sigue siendo la violencia de género que, durante los meses del confinamiento social por la COVID-19 (marzo-mayo), se incrementaron en 57.9% las llamadas realizadas por niños, niñas y adolescentes pidiendo ayuda a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer. Además, se registraron 171 casos de violencia sexual contra menores durante ese periodo.