Perú: Activistas antiderechos vinculados al Sodalicio forman colectivo contra la educación sexual integral (ESI)
A mediados del 2023 iniciaron las actividades de "Padres Peruanos", un nuevo colectivo antiderechos que se opone a la educación con enfoque de género. Sus integrantes son personajes cercanos al Sodalicio de Vida Cristiana, una organización investigada por abusos sexuales y físicos sistemáticos contra menores de edad en Perú. Además, tienen como aliados a parlamentarios de partidos de ultraderecha.
2024-03-07 15:54:41
Equipo de redacción de La Mala Fe.
Padres Peruanos se define como «un movimiento ciudadano cuya finalidad es la promoción de la libertad y la defensa del derecho de los padres de familia a ser los primeros educadores de sus hijos». A través de sus redes, alertan sobre el «adoctrinamiento» a niños y niñas y convocan a charlas y reuniones donde desinforman sobre el enfoque de género, rechazando la educación sexual y los derechos de las personas LGTBIQ+.
Aunque el discurso de esta agrupación es de «defensa de los niños», una investigación de Wayka reveló que los miembros de Padres Peruanos tienen vínculos con la organización Sodalicio de Vida Cristiana, protagonista del mayor escándalo de abusos sexuales a menores en Perú. Como detalla el medio, estos hechos vienen siendo investigados tanto por el Ministerio Público del país, como por una comisión del Vaticano.
El lanzamiento oficial del colectivo antiderechos Padres Peruanos se realizó en noviembre de 2023 en la Universidad Norbert Wiener. En la mesa principal estuvieron dos miembros del colectivo: Giuliana Caccia y Daniel Armas. Además, participaron Óscar Becerra, exministro de Educación cuestionado por declaraciones homofóbicas y racistas, y Gonzalo Flores, abogado que ha asesorado a la Conferencia Episcopal Peruana y al que se relaciona con una offshore del Sodalicio.
Foto: Padres Peruanos
Activistas cercanos al Sodalicio
Oficialmente, la marca del colectivo está registrada como «Padres Peruanos por la libertad para educar». Tiene como titular a la Asociación Origen, Vanguardia y Cambio Cultural, cuya presidenta es la comunicadora y activista Giuliana Caccia Arana. También está listado como representante y coordinador general Daniel Armas Campos, empresario que se presenta como cantautor católico.
Caccia es conocida por haber dirigido diversas organizaciones conservadoras con una característica en común: el vínculo con el Sodalicio de Vida Cristiana. Fue cabeza de «La Opción V», un proyecto que buscaba promover la castidad y que fue fundado por el sacerdote sodálite Jürgen Daum Vetter, acusado de abuso físico y psicológico. En 2016, también fue directora de la «Fundación para la Familia», un proyecto del Sodalicio para evangelizar a las familias en Perú.
El activismo de Giuliana Caccia contra la igualdad de género, los derechos de las mujeres y de la población LGTBIQ+ ha sido bastante visible en la última década. Además de las actividades de sus organizaciones, ha participado en acciones del colectivo Con mis hijos no te metas, de la Marcha por la Vida y se ha manifestado a favor de las «terapias de conversión», formas de tortura a personas LGTBIQ+ que no cuentan con ningún aval médico o científico. Como parte de estos intereses, Caccia ha participado en actividades de partidos políticos conservadores de ultraderecha como Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País.
Miembros del colectivo Padres Peruanos se reunieron con María Pía Adriasola, esposa del político chileno conservador José Kast. En la foto (de izquierda a derecha): Sebastián Blanco Eguiluz, Giuliana Caccia Arana, Carlos Polo Samaniego, María Pía Adriasola e Ignacio Blanco Eguiluz.
Foto: Padres Peruanos
La investigación de Wayka también da cuenta de otros personajes vinculados al Sodalicio que participan en actividades de Padres Peruanos. Uno de ellos es Ignacio Blanco Eguiluz, director de contenido de la Asociación Origen, que preside Giuliana Caccia.
Entre 2013 y 2015, Ignacio Blanco fue director de la editorial Vida y Espiritualidad. Desde esta, se publicaron libros de Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio sobre el que pesan acusaciones de abuso físico, psicológico y sexual contra menores de edad, y también libros de Germán Doig, sodálite acusado de los mismos delitos. Según la declaración de un exmiembro del Sodalicio, Ignacio Blanco Eguiluz era «secretario personal» de Luis Fernando Figari, un cargo de confianza.
Sebastián Blanco Eguiluz, hermano de Ignacio, también es sodálite y miembro de Padres Peruanos, además de director ejecutivo de la Asociación Origen.
Como parte de sus actividades, el colectivo Padres Peruanos se publicita en instituciones educativas, buscando ampliar sus miembros. En la foto, acciones de difusión en el colegio parroquial San Vicente Ferrer, ubicado en el distrito limeño de Los Olivos.
Foto: Padres Peruanos
Otro miembro del colectivo es Carlos Polo Samaniego, un conocido activista antiderechos, quien dirige la Oficina para América Latina de la organización Population Research Institute (PRI).
Una investigación de Open Democracy reveló que PRI es parte de una red de organizaciones cristianas de derecha en Estados Unidos que gastaban millones de dólares para promover la agenda conservadora en Latinoamérica —incluyendo la desinformación sobre la pandemia. Polo Samaniego también es miembro de la junta directiva de CitizenGo, organización ligada al partido de ultraderecha español Vox. De acuerdo a la declaración de exsodálites a Wayka, Carlos Polo Samaniego no es un miembro del Sodalicio, pero sí un adherente a esta organización.
Finalmente, resalta la participación de Oton García Jave en las reuniones de Padres Peruanos. Él es secretario ejecutivo de la Diaconía para la Justicia y la Paz del Arzobispado de Piura, una región al norte del Perú. Importante precisar que el actual arzobispo de Piura es el sodálite José Antonio Eguren Anselmi, quien fue señalado por el periodista Pedro Salinas como responsable de encubrir abusos dentro del Sodalicio de Vida Cristiana. Esta acusación terminó en una sentencia contra el periodista, lo que fue calificado por Aministía Internacional Perú como un pésimo precedente para la libertad de expresión.
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