“Habíamos acordado que ninguno de los muchachos que yo había recomendado iba a cobrar. ¿Por qué después cobraron? Ellos me cuentan: ‘Diay Carlos’ no ve que nos damos cuenta de que le pagan ¢20 y ¢30 millones a gente que nunca vimos en la oficina, ni en el estudio de grabación, no sé ni quiénes son, nunca llegaron a la oficina ni nada. Entonces, me enojé. Porque algunos trabajaron días y noches grabando y todo esto. Por eso es que se indignaron y empezaron a cobrar cuando el acuerdo inicial es que nadie cobraba”, expresó.
Este es el caso de Juan Carlos Campos, quien inicialmente dijo que su trabajo en la campaña era por mística. Posteriormente, cobró $300.000 a Restauración Nacional por servicios que vendió por medio de su empresa One Sport, dedicada al mercadeo y estrategia.
“Lo que hice fue apelar a la buena fe de don Carlos (Avendaño) y decirle aquí hay un montón de pequeñas empresas que no les honraron sus pagos. Para mi empresa no hay ningún cobro, fue para las que le deben dinero como la de Luis Alonso Naranjo, que prácticamente dejó a sus otros clientes y se dedicó a trabajar para la campaña, contratar personal, periodistas, fotógrafos. A toda esa gente no se le pagó”, refutó.
El caso al que se refiere es el de Luis Alonso Naranjo, quien reclama el pago de ¢115 millones por la producción de videos, fotografías y transmisiones.
Naranjo indicó que después de ganar la primera ronda y de asegurar el financiamiento estatal para el balotaje (deuda política) las condiciones cambiaron, pues se hicieron contratos y todo el papeleo para cobrar por los servicios, pero Avendaño guardó las facturas y no pagó.