En diciembre de 2019, el congreso de Hidalgo había rechazado la iniciativa de despenalizar el aborto con 15 votos en contra y cinco abstenciones. Solo 10 legisladores votaron a favor. En ese entonces, el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, había pedido a los diputados y al gobernador Omar Fayad votar ‘a favor de la vida’.
Semanas antes de la aprobación de esta reforma (30 de junio de 2021), políticos, instituciones religiosas y colectivos civiles protestaron en en contra del derecho al aborto realizando una campaña que no prosperó.
Jaime Cedillo, excandidato a diputado, repartió pequeños fetos de plástico. “En tus manos está la oportunidad de salvar una vida”, se lee en su propaganda de campaña.
Tras la despenalización del aborto, el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, que antes había presionado para que se vote en contra, en conjunto con el obispo de Tula, Juan Pedro Meléndez y el obispo de Huejutla, José Iaris Acosta Beltrán, aseguraron que solicitarán el veto de las reformas al Código Penal y la Ley de salud.
Según ellos, se aceleró la votación de la aprobación de la reforma y no habría seguido su debido proceso por lo que exigen que el Gobernador observe lo aprobado y evitar así su promulgación. Colectivas feministas aseguraron que permanecerán alertas para que lo aprobado sea cumplido.