En Perú, así como en distintas partes de Latinoamérica, los discursos fundamentalistas ponen el ejercicio de los derechos humanos y la democracia en peligro. La Mala Fe conversó con Luisana Gonzales, coordinadora de la campaña Desfundamentalízate, que busca hacer frente al avance de estos discursos dentro de las políticas públicas.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
A fines de mayo, el Centro de Investigación en Religión y Política (CIERP) lanzó la campaña Desfundamentalízate, ¿cuáles son sus objetivos?
Sí, el 30 de mayo fue el lanzamiento oficial de la campaña y decidimos hacerlo en el Congreso porque queríamos demostrar que no es un espacio ganado por los antiderechos, sino que sigue siendo también un espacio de quienes trabajamos por los derechos humanos.
El objetivo general de de la campaña Desfundamentalízate es revertir el avance de los grupos fundamentalistas y de sus operadores tanto en el Estado como como en la sociedad peruana. Lo que queremos con la campaña es erradicar los fundamentalismo de todas las políticas públicas. Es necesario salir a las calles y que se puedan hacer públicos los objetivos de Desfundamentalízate… queremos movilizar a la ciudadanía hacia la defensa de los derechos humanos.
Algo importante es ¿qué entendemos como discursos fundamentalistas?
Son aquellos discursos que hoy en día se oponen al avance de las libertades y a la promoción de la vida digna de todos los seres humanos sin discriminación alguna. Los grupos fundamentalistas no aceptan las diferencias, no aceptan disidencias de acuerdo a sus normas de vida, segpun lo que ellos determinan. Estos discursos están basados en el repudio, en el odio, hacia lo disidente y muchas veces tienen una base religiosa. En otros casos, podemos decir también que este tipo de discursos está impulsado por una mirada de antiderechos.
¿Cuál es la diferencia entre discursos fundamentalistas y discursos antiderechos?
La diferencia es que los discursos fundamentalistas los vinculamos más con lógicas religiosas ultraconservadores. Estos discursos hacen defensa de posiciones anticientíficas o de resistencia moralista a los cambios en la sociedad. Por otra parte, los discursos antiderechos ocurren más bien cuando esas motivaciones mencionadas anteriormente se articulan con organizaciones y con objetivos políticos. Es decir, afecta no solo las posturas personales sino que también pretende producir leyes y normas, desde el fundamentalismo, que rijan el actuar de la ciudadanía.
La campaña Desfundamentalízate se lanzó de forma oficial el 30 de mayo en el Congreso de la República del Perú. Esta iniciativa del Centro de Investigación en Religión y Política (CIERP) cuenta con el apoyo de distintas organizaciones y activistas a favor de los derechos humanos.
Foto: Campaña Desfundamentalízate
¿Qué papel están jugando quienes promueven estos discursos en el debilitamiento de la democracia en el Perú?
Los líderes que promueven los discursos fundamentalistas y también antiderechos están intentando lograr que la población pierda la confianza en el orden democrático. Están tratando de insinuar que las acciones autoritarias son más efectivas para solucionar los problemas sociales, dando a entender que ejercer la fuerza —como sinónimo de poder— es mejor que ponerse de acuerdo y buscar consensos. Y lo más triste de todo esto es que el día que este discurso se instale en la conciencia de la gente, lamentablemente seremos un país y una sociedad más injusta y más discriminatoria.
En el caso de Perú y Latinoamérica, ¿qué tipo de discursos fundamentalistas son los que están más extendidos?
Existen varios tipos de fundamentalismos. Están los fundamentalismos políticos, los religiosos, los económicos, incluso los fundamentalismos culturales. El religioso es uno de los más fáciles de identificar y es el que ha tenido más crecimiento, pero también vemos con preocupación cómo han venido creciendo en el ámbito político.
Los discursos más extendidos por los fundamentalistas y los grupos antiderechos tienen que ver con la prioridad del más fuerte en una sociedad donde hay muchas desigualdades. Asimismo, para estos grupos, la eficiencia de los resultados depende de la competencia individual y de la destrucción del sentido de comunidad. Ven los derechos humanos como un estorbo o una molestia para el logro de sus objetivos políticos. Ellos hacen énfasis en la promoción del miedo, la desinformación y la antipolítica.
En el marco de la pandemia, ¿te parece que se ha intensificado el avance de los fundamentalismos? Por ejemplo, teniendo en cuenta la actividad creciente de grupos antivacunas…
Sí, los antivacunas también están dentro de lo que ellos llaman «provida». Es una posición anticientífica. Y esta es una situación que lleva años, solo que ahorita con el crecimiento de las redes sociales y de los avances en derechos humanos, estos grupos también han crecido y han hecho su arremetida contra dichos avances. Lamentablemente, han tenido acogida de una parte de la población.
¿Por qué es peligroso el avance de los discursos fundamentalistas y antiderechos?
Para ponerlo en palabras sencillas, los derechos humanos son como los diez mandamientos. Todos saben lo que dicen, más allá de la religión que practiquen. Todos conocen que existen los diez mandamientos, pero muchos prefieren imponer su voluntad y no tener ningún tipo de parámetros o restricciones que les impida ejercer hegemonía y tener a las principales organizaciones de manera subordinada a ellos. Así como hay el riesgo de que un país llegue a caer en un narco-Estado, estos grupos también podrían querer establecer un Estado fundamentalista donde las leyes, las políticas públicas y el quehacer de la ciudadanía estén visadas por los lineamientos de ellos sin respeto alguno por la diversidad.
Actualmente, ¿qué ejemplos tenemos del impacto de estos discursos en las políticas públicas en Perú?
Un caso reciente es el del proyecto 785 [Proyecto de Ley que reconoce derechos al concebido] que representa un gran retroceso y pone en riesgo la salud integral de las mujeres. Lamentablemente, estamos en riesgo de perder la opción al aborto terapéutico —un avance que hemos tenido en derechos humanos— por precisamente estos operadores o este tipo de discursos en nuestras políticas.
Nosotros vivimos en una sociedad conservadora y los fundamentalistas, que son ultraconservadores, precisamente atacan en esa área y lo disfrazan como si, por ejemplo, el aborto terapéutico fuera en contra de la vida, lo que es totalmente falso.
Los últimos meses, la campaña Desfundamentalízate ha venido realizando actividades para conformar equipos de trabajo con organizaciones y activistas con compromiso con los derechos humanos.
Foto: Campaña Desfundamentalízate
¿Como podemos combatir estos discursos fundamentalistas y antiderechos desde nuestros espacios?
Esto es una lucha a largo plazo. Los ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el cambio social pueden hacer aporte cívico para impedir el avance de los fundamentalismos en la vida política y legislativa de nuestros pueblos. La lucha contra los fundamentalismos es una lucha de mucha movilización y de mucho trabajo sobre el sentido común de las personas a partir de un espacio de articulación político con otros sectores que sientan la misma preocupación. De esta manera, podemos combatir estos discursos haciendo una asunción real de compromiso de la defensa de las libertades, de la justicia y la democracia. Es un trabajo que debemos hacer de manera conjunta.
¿Qué actividades han venido realizando como Desfundamentalízate?
La campaña acaba de culminar su primera etapa en donde, primero, conformamos el equipo impulsor con organizaciones y activistas. En el mes de abril, también realizamos un Encuentro Nacional de Aliades donde participaron aproximadamente 30 organizaciones tanto de Lima como del interior del país. Ahí logramos consolidar otro grupo de trabajo. Además, hemos logrado hacer un curso de capacitación desde el CIERP, en donde tratamos el tema de los fundamentalismos de ayer y hoy. Porque si queremos afrontar esta situación, necesitamos estar no solamente informados sino formados.
Ahora, en la segunda etapa, estamos recogiendo los aportes de todas las organizaciones para definir el plan de trabajo que vamos a seguir de julio a diciembre.
¿Qué organizaciones forman parte del grupo impulsor de la campaña?
Está el Centro de Promocion y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex), el Movimiento Manuela Ramos, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, Lesbianas Independientes Feministas y Socialistas (Lifs), PsicoPRIDE, el Voluntariado de Educación Sexual Responsable, el Consejo Metropolitano de Participación de la Juventud de Lima, la Red de Jóvenes por el Derecho al Aborto en Latinoamérica y el Caribe, la Asociacion Civil CrESIendo, Cladem Perú y el CIERP.
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
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