HLI declara haber donado unos 920.000 dólares en América Central y el Caribe entre 2008 y 2014, y más de 230.00 dólares en América Latina en 2015-2017. Pero desde 2008 se abstiene de divulgar los nombres de sus beneficiarios, así que no está claro cuánto dinero fue a la red CAM.
Estas dos organizaciones tienen nexos con un exfuncionario del gobierno de Trump, Scott Lloyd, destituido al revelarse que manipuló solicitudes de aborto de inmigrantes adolescentes. Este hombre integró la junta directiva de una filial de Heartbeat en Virginia y fundó un bufete legal en la misma sede de HLI.
En 2017, periodistas de investigación revelaron que adolescentes inmigrantes que habían solicitado abortos mientras estaban bajo custodia federal en la frontera con México, eran derivadas a filiales de Heartbeat.
Ni la red CAM ni los centros que visitamos en México, Costa Rica, Ecuador y Argentina ni HLI respondieron a nuestras preguntas.
Sí lo hizo Heartbeat. “Nos adherimos a nuestro Compromiso de Cuidado”, que obliga a los afiliados a la exactitud en la información y la publicidad. “Diferentes países tienen sus culturas y diversas formas de comunicarse, pero sigue siendo un hecho que el aborto tiene riesgos para las mujeres”, sostuvo la organización.
En el sur de Quito, en un centro que decía ofrecer misoprostol, la mujer que atendió a nuestra periodista encubierta le dijo: “El mismo hecho de que estés en este lugar ya te contamina… es como cuando pisas popó, te limpias, te limpias, pero vas llevando el aroma”.
“Eres católica, ándate a una iglesia, que el padre te bendiga, confiésate, confiésate… Te equivocaste, sí, pero puedes levantarte y continuar”.