De acuerdo a la organización Reporteros Sin Fronteras, México es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Las cifras de la organización Artículo 19 son una prueba de ello: del 2000 hasta la actualidad se han contado 153 periodistas asesinados en México, de los cuales 141 fueron hombres y 12 mujeres.
Con 31 casos, el estado de Veracruz es la ciudad de México que concentra el mayor índice de periodistas asesinados.
Un informe de la organización Open Democracy, por su lado, identifica tres aspectos que ponen en peligro la labor del periodismo en México: las condiciones laborales, el poder político y el crimen organizado vinculado al narcotráfico. En México, por ejemplo, un periodista independiente gana 2.46 dólares por nota y 245 dólares al mes si trabajan con contrato.
Dicha condición laboral, apunta Open Democracy, obliga a que los medios de comunicación busquen conseguir convenios con el Estado y ponga en riesgo su línea editorial e independencia.
El poder político también es identificado como un peligroso factor para el periodismo. En los asesinatos de los reporteros Jorge Celestino Ruiz y Lourdes Maldonado, según indicios reportados por los diarios locales de México, estarían presuntamente involucrados políticos que fueron criticados o investigados por las víctimas. Por otro lado, la muerte de los periodistas Gregorio Jiménez, Javier Valdéz y Regina Martínez fueron asesinados tras investigar la narcopolítica.