Bolivia, cabe recordar, se encuentra en el segundo lugar de Sudamérica con la tasa más alta de violación sexual, mientras que su índice de embarazos adolescentes también es alto a nivel regional.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
La vulneración de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se mantiene en Bolivia. En 2021, por lo menos 2078 niños, niñas y adolescentes denunciaron haber sido víctimas de una violación sexual. Y 2329 adolescentes menores de 15 años dieron a luz ese mismo año. Estas cifras, cabe precisar, son una muestra parcial de una realidad en donde las víctimas no acuden a los servicios del Ministerio de Salud y Deportes por desconocimiento o por presión de la familia.
En los últimos dos años (2020 – 2021), en la ciudad de Viacha (La Paz), la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), un organismo policial del Ministerio Público encargado de la prevención e investigación de casos de violencia contra la mujer, recibió 10 denuncias de adolescentes de 13 a 16 años que fueron violentada sexualmente.
De acuerdo al director de la FELCV, Juan Carlos Quisbert, esa cifra no se asoma a la realidad, ya que en la mayoría de casos, las familias de las víctimas “solucionan” el tema de manera privada.
Unidades de la la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de la ciudad de Viacha, en La Paz, Bolivia.
– Foto: Naciones Unidas.
Uno de esos casos es el de Pamela, una adolescente de 14 años que fue violada por el hermanastro del esposo de su madre en octubre de 2020. Dos meses después, la madre se enteró que Pamela estaba embarazada y que el agresor había sido el hermanastro de su esposo, quien además era policía. La situación, sin embargo, se “arregló de buena forma” con el compromiso de que el agresor “haría curar” a la víctima.
De las 10 denuncias por violación sexual contra menores que recibió la FELCV del 2020 al 2021, dos adolescentes resultaron embarazadas. Una de ellas era Pamela. La segunda, una niña de 13 años que mantenía una relación con un hombre adulto con el consentimiento de la familia.
En la ciudad de Viacha, cabe resaltar, en 2020 se registraron 257 embarazos entre niñas de 10 años y adolescentes de hasta 19 años, de las cuales 12 eran menores de 15 años. El Ministerio de Salud y Deportes, además, advierte que la información sobre embarazos en niñas y adolescentes es escasa porque en la mayoría de los casos no se realizan controles prenatales.
Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia.
– Foto: Ministerio de Salud y Deportes.
Al no realizarse sus controles, las niñas y adolescentes no solo se mantienen al margen del registro oficial del Ministerio de Salud y Deportes, sino que además no llegan a informarse sobre la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), una opción para las víctimas de violación sexual garantizado en el Código Penal de Bolivia.
En Viacha, por ejemplo, solo se realizó un ILE en los últimos 6 años, de acuerdo al informe “Situación de la interrupción legal del embarazo como derecho humano de las mujeres” de la Defensoría del Pueblo. Durante ese mismo periodo de tiempo, del 2015 al 2021, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia recibió 31 denuncias por violación sexual. Y entre 2015 y 2019, mientras que la Defensoría del Pueblo reportó la aplicación de 350 abortos legales en el país, el Ministerio de Salud registró 332 entre 2014 y 2018.
Bolivia, cabe recordar, se encuentra en el segundo lugar de Sudamérica con la tasa más alta de violación sexual, mientras que su índice de embarazos adolescentes también es alto a nivel regional. Solo desde el 2021, el Ministerio Público reportó 5652 casos de violencia sexual, de los cuales 2078 las víctimas fueron niñas, niños y adolescentes. Y la situación de encierro durante la pandemia, agrega la defensora del Pueblo, Nadia Cruz, puso a las víctimas “en una situación de desprotección muchísimo mayor”.
La defensora del Pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, en una conferencia de prensa junto a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia.
– Foto: Defensoría del Pueblo.
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