A raíz del desarrollo y adquisición de vacunas por parte de los gobiernos de la región, nuevas teorías de la conspiración se exportan e intercambian mediante activistas negacionistas que juegan con los miedos de una población vulnerable al contagio y que plantea alternativas de prevención -como la ivermectina- que no cuentan con respaldo científico. Además de los antiguos bulos antivacunas, que afirmaban que la administración de una dosis “podría generar autismo” o “contagiar la homosexualidad”, hoy en día se divulgan nuevas mentiras a diestra y siniestra.
En Argentina, circuló en octubre un meme con declaraciones de Chinda Brandolino, médica legista y referente de “Médicos por la verdad”, grupo que ha negado en numerosas oportunidades la pandemia. “Esto no es una vacuna, es una sustancia transgénica: modifica para siempre los genes de quien la recibe (…) ¿Podemos permitir que la usen en nosotros y en nuestros hijos?”. Si bien es cierto hay vacunas que emplean ARN mensajero, no tiene impacto en el genoma humano ni se “convierte en ADN”.
Similar mensaje fue difundido en Perú por Rosa María Apaza, abogada y presidenta de la Organización Médica Peruana de Investigación (OMPEI), quien ha afirmado en sus redes sociales y en una entrevista televisiva que las vacunas contra la COVID-19 “quieren convertir a los ciudadanos en celulares” al introducirnos “nuevos genes” con nanopartículas que permitirían controlar a los vacunados. Además, señaló que habría una relación directa entre la tecnología 5G y el origen del coronavirus, lo cual es falso. Se ha demostrado que el SARS-CoV-2 (nombre técnico del virus) tiene un origen animal y saltó de un animal huésped (probablemente un murciélago o un pangolín) a los humanos.
En Chile, se publicó un meme que indicaba que la FDA había anunciado una supuesta lista de efectos secundarios provocados por la vacuna de Pfizer, entre los que se encontraban “parálisis facial, meningitis, artritis, accidentes cerebrovasculares y hasta la muerte”, información que resulta completamente falsa. Los efectos reportados que sí podría producir esta vacuna son dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza y muscular, fiebre, entre otros