La pastora de la iglesia La Casa del Padre presentó un proyecto de ley que busca reconocer derechos al concebido. Específicamente, el derecho a la vida, a la salud, a la integridad moral, psíquica y física, a la identidad y al libre desarrollo y bienestar. Ello a pesar que la Constitución Política de Perú ya incluye un artículo que señala que «el concebido es sujeto de derechos en todo cuanto le favorece».
Como explicó la abogada Edith Arenaza, de Promsex, a La Mala Fe, este tipo de iniciativas resulta peligrosa. «Al tratarse del concebido que está en desarrollo, hablar de derechos implica darle la categoría de persona», explicó en una entrevista previa. Además, ya existen precedentes internacionales que aclaran que la protección del concebido tiene lugar cuando no afecta los derechos de terceros. Es decir, no es una protección absoluta. Por ejemplo, en el caso de un aborto terapéutico, la vida y la salud de las mujeres se antepone a la protección del concebido.
Lamentablemente, aunque un grupo de congresistas buscó la reconsideración del proyecto de Milagros Aguayo, esto no fue posible y pronto podría ser aprobado. Peor aún, existe otro proyecto de ley que podría tener el mismo efecto peligroso.
La iniciativa de la congresista Rosangella Barbarán, de Fuerza Popular, busca «promover la protección del embarazo de la madre gestante, del niño por nacer y de su entorno familiar» para garantizar el derecho a la vida. Una vez más, aunque no menciona específicamente el aborto terapéutico —el único tipo de aborto despenalizado en Perú—, tiene un trasfondo que puede perjudicar el acceso a este procedimiento médico.