El rechazo de esta medida contó con el respaldo de diversos frentes, entre ellos Alexis McGill Johnson, presidente interino de Planned Parenthood: “Hoy, se le prohibió al gobierno de Trump proveer una cobertura legal a la discriminación… Como lo dejó en claro la corte federal de Distrito, el gobierno actuó por encima de su autoridad y realizó falsas afirmaciones para intentar justificar esta nomra”.
Asimismo, la presidenta de la Asociación Estadounidense de Psicología, Rosie Phillips Davis, afirmó que la norma que planeaba instaurar el HHS “pudo poner en riesgo la salud de algunas de nuestras poblaciones más vulnerables, incluyendo mujeres, miembros de la comunidad LGBT y personas con VIH y Sida”.
Por otra parte, las voces que apoyaban esta propuesta y rechazaron la decisión del juez federal también se pronunciaron. El senador republicano Ben Sasse calificó este fallo como “absurdo” e instó al Gobierno Federal a interponer una apelación.
Lo cierto es, que la anulación de esta normativa de HHS, que pretendía aumentar el listado de normas aprobadas por el Congreso para que el personal de salud se rehuse a atender a algún paciente por cuestiones de conciencia o creencias, representa un avance en el respeto de los derechos fundamentales de las personas, de una lucha que aún tiene muchos pendientes por resolver.