Uno de los casos más emblemáticos en la lucha por la despenalización del aborto en Brasil es el de Rebeca Mendes (31), madre soltera de dos niños y estudiante de derecho, quien descubrió que estaba nuevamente embarazada en noviembre del 2017, justo cuando estaba cambiando de método anticonceptivo. «Si el sistema público de salud me hubiera atendido a tiempo, no hubiera pasado por nada de esto», aclara.
En coordinación con la organización Anis – Instituto de Bioética, presentó una solicitud ante el STF para que le permitan abortar de forma legal, pedido que no fue considerado por cuestiones legales. El Estado brasileño le volvía a fallar.
Enterados de su caso, Clacai invitó a Rebeca a participar de un seminario con jóvenes a realizarse en diciembre en Bogotá (Colombia). Durante su estadía en este país, se enteró que podía interrumpir su embarazo de manera legal. Acudió a la clínica Profamilia y eligió el procedimiento y el método anticonceptivo que usaría después.
«En cuestión de minutos ya se había terminado algo que había esperado durante casi un año (…) ¿Qué sentí en ese momento? Alivio. Nada más. Volví al hotel, descansé toda la tarde. Esa misma noche, salí y caminé bastante, sin llorar, sin dramas ni remordimientos» comentó para El País.