Vilma Vaquerano, de ORMUSA, explica que desde octubre de 2022, se empezó a omitir o sacar de los programas educativos todo lo relativo a educación sexual integral.
«Hubo la difusión de unos programas educativos dentro de la televisión pública y se comenzaron a generar protestas de grupos antiderechos de que se estaba incluyendo la ideología de género, voy a usar ese término, dentro de los programas educativos. Fue el detonante», comenta.
Según alertó Human Rights Watch ese año, el Ministerio de Educación de El Salvador despidió al director del Instituto Nacional de Formación Docente, por haber aprobado un segmento del programa televisivo «Aprendamos en casa» que explicaba el concepto de orientación sexual.
El organismo resaltó que el gobierno de Bukele buscaba ocultar una realidad, pese a que, en 2014, el presidente se autoproclamó un «héteroaliado» y destacó la relevancia de la lucha por los derechos LGTBIQ+. Pero, así como el aborto, la postura de Bukele cambió para alinearse con la de los movimientos antiderechos.
«Bukele y su equipo representan un sector ultraderechista donde la mujer no tiene apenas derechos […] es muy cercano a sectores religiosos católicos», señala Celia Medrano, ex coordinadora general de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Centroamérica.