La decisión fue tomada por una votación de 5 contra 4 y, aunque esta no es vinculante, deja en libertad al Departamento de Defensa permitir o no el enliste de personas transgénero.
A poco más de un año de que tribunales federales de Washington, California y Columbia dieran luz verde al acceso, sin distinción, de personas transgénero a las Fuerzas Armadas, el pasado martes 22 de enero, la mayoría conservadora en la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió atender al pedido del gobierno y suspender las medidas cautelares que las cortes inferiores habían emitido en contra de la prohibición establecida por Trump, hasta que se pronuncien las cortes de apelación.
La decisión de la Corte Suprema constituye un triunfo para el gobierno de Trump que, en febrero de 2018 y a través del ex Secretario de Defensa, Jim Mattis, propuso que solo las personas trans que no hubieran cambiado de sexo ni tuvieran la intención de hacerlo podrían ingresar a las Fuerzas Armadas, siempre y cuando admitan ser tratados conforme a su sexo biológico.
Bolivia y Canadá son los dos únicos países de la región que permiten el ingreso de personas transgénero a las Fuerzas Armadas.
Es evidente el retroceso respecto a las medidas de inclusión en las Fuerzas Armadas promovidas durante la administración Obama. En junio de 2016, un pronunciamiento del entonces Secretario de Defensa, Ash Carter, retiró la prohibición que impedía a las personas transgénero servir abiertamente en las Fuerzas Armadas. Además, permitía que las personas trans que ingresaran al servicio pudieran acceder a las instalaciones médicas militares para llevar a cabo su transición de género. Por otro lado, su identidad de género sería reconocida en el registro ante la institución militar.
Este anuncio fue parte de un paquete de medidas de inclusión con el que la administración Obama buscó revertir situaciones abiertamente discriminatorias dentro de las Fuerzas Armadas. Destacan, entre otras, el levantamiento de la prohibición para que los homosexuales sirvan abiertamente en el servicio militar y el acceso de las mujeres a todas las funciones de combate.
El triunfo de Trump por sobre los derechos de las personas transgénero no sería posible sin el cambio de composición de la Corte Suprema a propósito de los dos nombramientos realizados durante su administración y bajo la hegemonía republicana en el Congreso. Los jueces Neil Garsuch y Brett Kavanaugh, nombrados en 2017 y 2018, respectivamente, han inclinado la balance hacia el lado conservador, conformando una mayoría de 5 por sobre 4 miembros progresistas.
Como vaticinó Adam Liptak en una columna publicada en el New York Times, estos dos nombramientos serán el legado más perdurable de la era Trump, pues el cargo de magistrado de la Corte Suprema es vitalicio. Eso y sus eventuales guerras.
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
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