De acuerdo a una encuesta del 2020 realizada por el Grupo Médico por el Derecho a Decidir, el 25% de gineco-obstetras no conocía o no manejaba las técnicas modernas y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar un aborto, como la aspiración uterina o las pastillas de misoprostol, lo que las llevaba a practicar técnicas obsoletas y peligrosas como el legrado.
Tras el fallo de la Corte Constitucional, el aborto también fue incluido en el Plan de Beneficios de Salud (PBS). Así, toda mujer con afiliación al sistema de empresas prestadoras de salud (EPS) podría acceder al aborto. Sin embargo, muchas de estas empresas aún no se han capacitado en materia de derechos sexuales y reproductivos.
“Muchas de esas empresas aún no se han capacitado, no han actualizado sus protocolos, y seguimos viendo entidades prestadoras de salud que siguen utilizando tecnología obsoleta como el legrado”, dijo para el diario El País, María Mercedes Vivas, directora de Oriéntame, una fundación privada que presta servicios médicos a mujeres que busquen interrumpir su embarazo dentro de los plazos establecidos.
Un informe de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres y la fundación Oriéntame también revelan que la desinformación es una de las principales barreras en Colombia para acceder al aborto: médicos que no conocen la sentencia de la Corte Constitucional, ni que era de inmediato cumplimiento desde febrero, o que no ofrecen información al respecto a las mujeres que buscan abortar.