En las elecciones generales de España el 23 de julio, el partido de ultraderecha Vox perdió 19 escaños del Congreso. Y aunque el Partido Popular (PP) fue el más votado, analistas indican que es "casi imposible" que llegue a gobernar.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
Después de haber obtenido 52 escaños en las elecciones del 2019, Vox ahora solo contaría con 33. Es decir, perdería casi la mitad de diputados en el Congreso. Aunque Vox quedó como la tercera fuerza política, sus escaños no alcanzan para formar un gobierno con el Partido Popular (PP), que fue el más votado.
Como explica el medio BBC, España tiene un sistema parlamentario. Esto significa que las elecciones generales no determinan directamente quién asume la presidencia. De acuerdo a la Constitución española, el rey Felipe VI contactará con los líderes de partidos con representación parlamentaria y propondrá un candidato. Dicha persona tendrá que buscar los votos de los miembros del Congreso. Así, tiene que obtener votos favorables de 176 de los 350 diputados (mayoría absoluta) para ser investido presidente en una primera votación, o votos favorables de una mayoría simple en segunda votación.
Por ese motivo, aunque PP obtuvo 136 escaños en estas elecciones, es difícil que el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, asuma la presidencia. Según la BBC, resulta «casi imposible».
Después de cinco años, el Partido Popular volvió a reunir la mayor cantidad de votos en España. Aún así, es poco probable que esta agrupación de derecha llegue a gobernar.
Imagen: BBC
En ese escenario, Pedro Sánchez, actual presidente y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ha celebrado la derrota del «bloque involucionista de PP y Vox». De acuerdo a CNN, es probable que el movimiento Sumar —que obtuvo 31 escaños— sea socio de coalición del PSOE. Partidarios señalaron a dicho medio que Sánchez «tiene que hacer tratos con los partidos independentistas de Cataluña y el País Vasco para ganar la investidura”.
«Quiero señalar lo que es una mala noticia para muchos españoles: Pedro Sánchez, aun perdiendo las elecciones, puede bloquear una investidura. Y, peor aún, Pedro Sánchez podría incluso ser investido con el apoyo del comunismo, del independentismo golpista y del terrorismo”, declaró Santiago Abascal, líder de Vox, al conocerse los resultados de las elecciones del 23 de julio.
El nuevo Congreso se constituirá el 17 de agosto. Ese día, se elegirá a la persona que presidirá la Cámara de Diputados, quien irá al Palacio de la Zarzuela para informar al Rey. Entonces se constituirán los grupos, se designarán portavoces, se convocarán sesiones plenarias y se celebrará el debate de investidura. Las predicciones apuntan a un bloqueo y repetición de elecciones.
Como se explicó, es poco probable que se logre una mayoría absoluta en primera votación o una mayoría simple en segunda. Se calcula que el debate de investidura fallido ocurriría a principios de diciembre. En un plazo de dos meses, podrían haber nuevos intentos. Sin embargo, si el bloqueo se mantiene a principios de octubre, las Cortes se disolverían en noviembre y se celebrarían elecciones 47 días después, cerca a Navidad.
Antes de las elecciones del 23 de julio, las encuestas ya anticipaban que el PP lideraría en votos, pero sin alcanzar mayoría absoluta en el Congreso. Por eso, se preveía que PP tendría que formar una coalición con Vox. De tener éxito, un partido de ultraderecha habría llegado al gobierno por primera vez en décadas.
Según ha dicho Abascal, la pérdida de su partido se debe a la estrategia del PP. Los acusa de desmovilizar a parte del electorado. En las últimas semanas, Feijóo buscó convocar a electores de derecha extrema señalando que votar por Vox era «una broma sanchista». El resultado final ha sido una derrota definitiva para Vox y una victoria que sabe a derrota para PP.
De acuerdo a El País, la posible entrada de Vox a la presidencia hubiera dejado en el aire las reformas más recientes del actual Gobierno. Después de todo, el partido de Abascal amenazó con derogar la ley de vivienda y la reforma laboral. Su programa electoral apuntaba a instaurar una política de tolerancia cero con la ocupación, además de reducir cargas impositivas a las empresas y reducir cotizaciones de las empresas que contraten españoles de manera indefinida.
Ahora, con los escaños con los que cuenta actualmente Vox, pierde capacidad de acción en el Congreso. Por ejemplo, no puede recurrir leyes al Tribunal Constitucional —al menos no por su cuenta, pues requiere de 50 escaños. Tampoco podría presentar mociones de censura en solitario, sino que estaría obligado a buscar apoyo de otras agrupaciones.
Como se recuerda, Vox respalda iniciativas contra derechos de las mujeres, de poblaciones migrantes y de la población LGTBIQ+. No solo en España, sino en otros países de Latinoamérica, donde cuenta con aliados.
En 2020, la Fundación Disenso —el laboratorio de ideas de Vox— publicó la Carta de Madrid, un documento que buscaba «defender la democracia y el estado de derecho frente al avance del comunismo en Iberoamérica». De acuerdo a distintos analistas políticos, se trata de un intento del partido de ultraderecha español para incrementar su influencia en Latinoamérica con el discurso de la «batalla cultural». Miembros de partidos peruanos de ultraderecha como Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País suscribieron dicho documento, así como miembros del grupo parlamentario conservador mexicano Partido Acción Nacional (PAN). Lo mismo hicieron otros personajes conservadores de Argentina, Venezuela, El Salvador, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Portugal, Canadá y Guatemala.
Tampoco se puede olvidar que en 2022, Vox organizó un festival para reunir a líderes de ultraderecha latinoamericana en Madrid. En este evento estuvo presente José Antonio Kast, excandidato presidencial chileno y presidente de Political Network for Values. Asimismo, acudió el expresidente colombiano Álvaro Uribe y el diputado argentino Javier Milei, del Partido Libertario.
Como parte de su estrategia para expandir influencias en Latinoamérica, Vox respalda a candidatos y políticos que empatizan con su ideología conservadora. Ese fue el caso de Keiko Fujimori, excandidata presidencial del partido de derecha peruano Fuerza Popular, con quien se reunieron en 2021.
Foto: Redes de Keiko Fujimori
No es la única forma en que este partido español ha buscado influir en países de América Latina. Como reportó La Mala Fe anteriormente, Vox también buscó incidir en las elecciones generales de Nicaragua a través del Foro Madrid, promovido por la Fundación Disenso. Una publicación de esta organización llamó a «combatir el comunismo» y no reconocer las elecciones en Nicaragua donde salió reelegido Daniel Ortega. Anteriormente, ya se habían manifestado en contra de los resultados de elecciones en Perú, donde salió electo el candidato de izquierda Pedro Castillo. En cambio, respaldaron a Keiko Fujimori, excandidata presidencial de Fuerza Popular que luego de perder denunció «fraude electoral» sin pruebas. Así, no es sorpresa que el Foro Madrid haya realizado encuentros regionales en ciudades como Bogotá (Colombia) y Lima (Perú).
Entonces, ¿qué significa la pérdida de Vox en España para Latinoamérica?
«Para nosotros, los latinoamericanos cercanos a la socialdemocracia, el freno al auge de fuerzas de extrema derecha enemigas de la migración y que recortan derechos constitucionales, es importante y va a tener efectos en la política latinoamericana”, declaró al medio DW el señador colombiano Jorge Humberto de la Calle, excandidato presidencial. El político calificó a Vox como una fuerza que busca la intervención estatal para impedir la lucha contra la inequidad.
Por su parte, la polítologa Elisabeth Ungar también expresó su preocupación porque las actividades de Vox y de sus pares en El Salvador, Colombia, Chile o Hungría representan un fenómeno que conlleva muchos riesgos para temas como el aborto y también para el Estado de derecho.
Como parte de su campaña, Vox buscó capturar el voto de electores de origen latinoamericano descontentos con los gobiernos de izquierda en sus países, señala DW. Esa estrategia, al parecer, no habría funcionado. «Hemos visto campañas un poco clonadas al estilo Trump como `Latinos por Abascal´ que, a pesar de hablar de `hermanos de la iberosfera´ no han tenido mucho éxito», dijo el investigador Álvaro Sánchez García a DW.
Elvin Calcaño, politólogo dominicano, indicó en sus redes que la derecha ha perdido una batalla pero no ha perdido todo su poder y puede lograr forzar nuevas elecciones. «En España se frenó, parcialmente, al fascismo y trumpismo. Esa derecha radicalizada que hace política mintiendo, difundiendo odio y rompiendo la convivencia. Que seguirá ahí y fuerte. Solo la unidad entre socialdemocracia e izquierdas puede contra ello», declaró.
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
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