El libro "El pin parental: Materiales para enfrentar la ultraderecha educativa" devela los objetivos y propósitos de este sector que busca restringir las conquistas de los movimientos que defienden la equidad, la inclusión y la perspectiva de género al interior de las aulas.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
En agosto del 2019, la bancada del partido ultraconservador español Vox presentó una medida que buscaba censurar la educación sexual y condicionar el acceso a la información sobre diversidad LGBTI, identidad de género o feminismo en las aulas a una «autorización expresa» de los padres de familia.
Bajo el nombre de «pin parental», esta propuesta consta de una solicitud dirigida a los directores de los centros educativos, en la que los padres de familia piden ser informados previamente sobre cualquier materia, charla, taller o actividad «que afecte a cuestiones morales socialmente controvertidas o sobre la sexualidad, que puedan resultar intrusivos para la conciencia e intimidad de nuestros hijos», como señala el portal de Vox.
En agosto de este año, la editorial mexicana Fray Bartolomé de las Casas publicó el libro «El pin parental: Materiales para enfrentar a la ultraderecha educativa», coescrito por Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro y Marcelino Guerra Mendoza.
Como se señala en la introducción del libro, la idea del pin parental no es exclusiva de España y llegó a Latinoamérica: «Pero ya se encuentra en México, no como una práctica generalizada o un ordenamiento jurídico nacional; sí como iniciativas aparentemente dispersas que van en aumento. Al concluir este texto, en diez estados se habían presentado iniciativas para añadirlo a la constitución local o a las leyes estatales de educación, más una en el Senado de la república; hay páginas en internet, blogs, perfiles de Facebook y cuentas de Twitter al respecto; tiene su cauda de articulistas, apoyos en asociaciones de padres de familia, partidos políticos, párrocos, comentaristas y funcionarios».
«El pin parental es una más de las estrategias utilizadas por la ultraderecha en su histórico combate contra la educación laica, pública, gratuita y democrática. Una más, actualizada y redirigida hacia los avances logrados por los movimientos progresistas, de derechos humanos, feministas y de la diversidad sexual», señala González Villareal, uno de los autores.
Y agrega: «El pin parental es un instrumento para atacar la pedagogía de la equidad, la igualdad, los derechos sociales e individuales, todo lo que está establecido en el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (…) Se trata de una disputa política, en el sentido mas clásico de la palabra, de la constitución de la polis, de los procesos de trasmisión y creación de conocimientos y valores en sociedad, de los procesos de subjetivación y de formación ciudadana».
A continuación, los dejamos con una charla donde los autores explican los objetivos y alcances de esta publicación:
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
Ultraconservadores y negacionistas intentan frenar la ampliación de derechos...