Desde fuera, Costa Rica pareció siempre un destino feliz, considerada por muchos como “la Suiza de Centroamérica”. En un país sin ejército, los problemas entre sus habitantes se resolvían mediante el diálogo, la negociación, la confianza mutua y el respeto hacia los demás. O al menos, eso parecía.
“Nunca más se metan con la familia! ¡Nunca más se metan con la vida! ¡Nunca más se metan con nuestros hijos!”, dijo Alvarado Muñoz en su discurso de victoria tras la primera vuelta electoral.”
Un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, emitido un mes antes de las elecciones costarricenses, detonó una corriente ultraconservadora entre los candidatos presidenciales y legislativos del país, que pusieron como tema de agenda la defensa de la familia y los valores cristianos.
Hoy, Fabricio Alvarado Muñoz (Partido Restauración Nacional), predicador y cantante evangélico, ha pasado de ser un candidato de media tabla con 3% de intención de voto en diciembre a liderar las encuestas en enero y a encabezar la preferencia electoral con el 24.8% de votantes. Pero, ¿cómo cambió tanto el escenario en tan poco tiempo?
El 9 de enero, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una opinión consultiva, en respuesta a una solicitud del gobierno de Costa Rica, en la que piden a sus Estados miembros “reconocer y garantizar todos los derechos que se deriven de un vínculo familiar entre personas del mismo sexo” y reconocer el cambio de identidad sexual en registros civiles a las personas transgénero.
Esa misma noche, Fabricio Alvarado llamó a desconocer la resolución de la Corte IDH y anunció que, de ser elegido presidente, convocaría a un referéndum para retirar a Costa Rica de la Convención Americana de Derechos Humanos.
El mensaje funcionó. “Nunca habíamos tenido posiciones tan conservadoras, incluso de los partidos tradicionales, que al darse cuenta que este discurso estaba sumando votos, repitieron el mensaje”, señala Larissa Arroyo, abogada especialista en derechos humanos y directora de la organización Acceder. La mayoría de los trece aspirantes presidenciales se mostró en contra del fallo de la Corte IDH, al igual que el 67% de la población costarricense.
“La opinión de la Corte en una sociedad tan conservadora como la nuestra cayó muy mal a buena parte de la población. Allí Fabricio Alvarado encontró un caldo de cultivo para forjar su apoyo electoral y estratégicamente ha tratado de mantener esta discusión vigente”, opina Javier Córdoba, periodista y editor del Semanario Universidad de la Universidad de Costa Rica
Los candidatos conservadores a la presidencia de Costa Rica, con Fabricio Alvarado a la cabeza, mostraron su rechazo ante la implementación de la “ideología de género” en la comunidad tica por considerar que esta busca adoctrinar a los niños, promover la homosexualidad, destruir a la familia tradicional y poner en riesgo la reproducción humana. Esta estrategia se repite en casi toda la región.
Con la consigna de “Con mis hijos no te metas”, grupos ultraconservadores de la sociedad civil, en conjunto con representantes de iglesias evangélicas y católicas, convocan a marchas y manifestaciones en plazas públicas para protestar en contra de alguna reforma legislativa, proyecto de ley o iniciativa ciudadana que busque el reconocimiento de derechos sexuales y reproductivos, en particular de las mujeres y de la comunidad LGBTI.
“La intolerancia, la homofobia, la xenofobia y el racismo siempre han estado ahí y no los veíamos o no creíamos que eran tan graves”.
– Larissa Arroyo
El sorpresivo ascenso del diputado cristiano se explica por tres factores claramente marcados: el respaldo de las iglesias católica y evangélica; el abandono social y estatal de los sectores más pobres; y el desencanto de los votantes hacia los partidos tradicionales.
Como integrante del Bloque Cristiano de la Asamblea Legislativa, Fabricio Alvarado se ha mostrado en contra de la agenda progresista del presidente Luis Guillermo Solís en temas como la diversidad sexual, la unión de parejas del mismo sexo, la fecundación in vitro o el aborto.
El discurso conservador de Alvarado en contra de la “ideología de género”, encajó con las iglesias católica y evangélica, que han liderado una promoción muy agresiva de su candidatura. “Dentro de las iglesias se estaba invitando abiertamente a que voten por Fabricio; incluso les dicen que se va ir al Infierno si no lo hacen, literalmente”, comenta Córdoba. Esto es posible ya que, en Costa Rica, las iglesias compensan en muchos casos la ausencia del Estado. “El trabajo comunitario de las iglesias evangélicas ha sido maravilloso y tiene que ser admirado.
Trabajan en los pueblos, se acercan a la gente, están ahí día a día, cosa que el Estado no ha hecho y que la sociedad civil tampoco puede hacer por falta de recursos”, destaca Arroyo. Ofrecen servicios como guarderías, apoyo para crisis de pareja y reuniones de socialización los fines de semana. Además, son las mejores redes de difusión y comunicación. “Fabricio (Alvarado) no ha gastado ni siquiera $2000 dólares en la campaña de primera vuelta.
Su candidatura creció a punta de redes sociales y de la Iglesia”, señala Córdoba. En los últimos años, la popularidad del actual presidente se ha visto mellada por un escándalo de corrupción y tráfico de influencias. “La campaña de Alvarado se ha inclinado por prometer una gestión austera en el gasto público, de tener las “manos limpias” y la voluntad para hacer bien las cosas, así no se cuenten con todas las capacidades, apunta Arroyo.
“La discusión política ya no es ideológica, ya no estamos hablando de izquierdas y derechas, sino de grupos conservadores y grupos progresistas”
– Javier Córdoba
Cantante cristiano de 43 años y con más de una década de trayectoria, Fabricio Alvarado se define como un predicador de la palabra de Dios. Ex católico practicante, forma parte activa de la Iglesia Centro Mundial de la Adoración y junto con su esposa Laura Moscoa lidera un ministerio cristiano llamado Metamorfosis.
Su ingreso a la arena política se dio en el 2014, producto del azar. El candidato que encabezaría la lista de Restauración Nacional por San José renunció y el comité del partido le ofreció participar en su reemplazo.
Una semana antes de las elecciones presidenciales, Alvarado aseguró en una entrevista televisiva que su partido alcanzaría por lo menos 10 de los 57 curules de la Asamblea Legislativa. “¿¡Más de 10 diputados?!”, repreguntó con asombro el periodista. “Vamos a trabajar para eso”, asintió con total convicción. Los resultados oficiales le dieron la razón: Restauración Nacional tendrá 14 representantes para el periodo 2018-2022, la segunda bancada más grande del país, de los cuales siete son pastores evangélicos y una es predicadora.
De llegar al sillón presidencial, una de las primeras medidas que tomaría Fabricio Alvarado sería retirar a Costa Rica de la Corte IDH, situación que Javier Córdoba ve poco probable: “El marco institucional del país es muy sólido. Hay una legislación muy clara que dice que el referéndum no puede usarse para discutir temas de impuestos ni de derechos humanos”.
Alvarado ha mencionado en reiteradas oportunidades su oposición al Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), institución que promueve los derechos humanos de las mujeres en Costa Rica y que, desde el punto de vista del diputado, es responsable de la división familiar: “El Inamu provoca que las mujeres vean a los hombres como enemigos”. Como otros políticos conservadores en el continente, propone eliminar el contenido de género para convertirlo en el Instituto de la Familia.
El año 2017 fue el más violento de la historia de Costa Rica. 603 homicidios y una tasa de 12.1 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La Organización Mundial de la Salud califica como epidemia una tasa superior a 10. El incremento se explica por dos factores principales: una mayor incidencia de asesinatos múltiples y una lucha por el liderazgo entre bandas dedicadas al microtráfico de drogas.
Desde hace una década, Costa Rica atraviesa un déficit fiscal que mantiene al país en deuda. Se estima que este 2018 el déficit fiscal llegaría al 6.6% de la producción nacional, la peor cifra de los últimos 35 años. El próximo presidente deberá hallar la manera de reducir los gastos en el sector público, aumentar la liquidez para cubrir servicios esenciales y elaborar una reforma fiscal integral que evite nuevas crisis económicas.
La última Encuesta Nacional de Hogares detalla que el 20% de la población vive en la pobreza, mientras que el 5.7% de los costarricenses se ubica en niveles de pobreza extrema. Si bien la tasa de desempleo se ha reducido a 8.5% en el último año, el empleo informal aumentó a 44.2%.
En más de la mitad de los países que están bajo jurisdicción de la Corte IDH es ilegal que dos personas del mismo sexo quieran casarse.
El matrimonio homosexual es legal en:
La unión civil de personas del mismo sexo es legal en:
El matrimonio y la unión civil para parejas gay son ilegales en:
El conservadurismo y la agenda anti-derechos van en aumento en nuestra región, avanzando de manera sostenida y peligrosa. Se infiltran en nuestros parlamentos y senados, influencian a fiscales, manipulan jueces, controlan jefes de Estado, manejan medios de comunicación y afianzan poder económico y – sobre todo – político.
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