Grupos europeos de derecha, vinculados a círculos conservadores de EEUU, intervinieron por primera vez en un caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, respaldando a El Salvador por el encarcelamiento y muerte de una mujer que había tenido un aborto espontáneo. Pero perdieron.
El European Centre for Law and Justice (ECLJ) – brazo del ultraconservador American Centre for Law and Justice (ACLJ) del exabogado personal de Donald Trump, Jay Sekulow – introdujo argumentos legales en respaldo del gobierno de El Salvador, alegando que este era un caso de “aborto e infanticidio”.
Alejandra Cárdenas, del Centro de Derechos Reproductivos (CDR) que tomó el caso en 2012, dijo a openDemocracy que esta fue “la primera vez que este grupo” participaba en una demanda ante la Corte Interamericana.
Otro conjunto de argumentos legales o amicus (‘amigo de la corte’) en favor de El Salvador fue presentado por tres decenas de organizaciones de tres continentes, entre ellas el polaco ultraderechista Ordo Iuris, los franceses Fondation Jérôme Lejeune y Juristes pour l’Enfance, la Federación de Asociaciones de Familias Católicas en Europa (Bélgica) y el nigeriano Project for Human Development.
Quince organizaciones de la derecha cristiana de EEUU también se sumaron a este amicus, entre ellas la International Organization for the Family – organizadora del Congreso Mundial de Familias, una red de activistas ultraconservadores rusos, estadounidenses y de otros países –, Family Watch International y World Youth Alliance.
Adhirieron también ocho organizaciones conservadoras de América Latina, pero solo una salvadoreña, Sí a la Vida, afiliada a la entidad antiabortista estadounidense Human Life International que hizo campaña para la prohibición absoluta del aborto en 1999.
La demanda contra El Salvador se llevó a cabo en nombre de una mujer sentenciada por “homicidio agravado” luego de experimentar un aborto espontáneo, y los argumentos de estos grupos cristianos insistieron en que trató de un infanticidio.
Cárdenas estimó que buscaban “la victoria de opinión pública de enredar el caso y decir que estamos pidiendo la despenalización del infanticidio”.
El Salvador violó varios derechos de esta mujer que murió de cáncer mientras cumplía una condena de 30 años, indicó la Corte Interamericana en su fallo publicado esta semana.
La corte declaró al país “internacionalmente responsable de […] violaciones a la libertad personal, las garantías judiciales, la igualdad ante la ley, el derecho a la vida, la integridad personal, la vida privada y la salud” de ‘Manuela’, nombre utilizado para proteger la identidad de la víctima.
La corte ordenó al gobierno a pagar una indemnización a los hijos de Manuela, a asumir públicamente su responsabilidad y reformar políticas y protocolos de salud para evitar que se siga criminalizando a las mujeres que sufren emergencias obstétricas.
El ACLJ es uno de los siete grupos derechistas que están batallando para derogar el derecho constitucional del aborto en la Corte Suprema de EEUU y que gastaron, entre 2016 y 2020, al menos 28 millones de dólares en el resto del mundo, reveló una nueva investigación de openDemocracy.
El grupo de Sekulow gastó 5,7 millones de dólares, la mayor parte en Europa. Y su filial ECLJ ha intervenido en decenas de casos judiciales en tribunales europeos contra los derechos sexuales y reproductivos.
El año pasado, la Corte Constitucional de Polonia prohibió los abortos en casos de graves defectos fetales, y el ECLJ introdujo opiniones legales en favor de la nueva restricción, condenada por el Consejo de Europa como una grave “violación de los derechos humanos”.
“Desmantelar derechos humanos que han dado dignidad y que han mejorado la vida de personas no es gratuito ni casual”, dijo Susana Chávez, del Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro.
Y agregó: “Todo tiene sentido cuando se observa en cada uno de nuestros países la movilización de recursos que realizan para torcer las leyes o retroceder en lo poco que se ha avanzado”.