Una periodista de openDemocracy se comunicó con dos profesionales cuyos perfiles están publicados en el sitio web de Focus on the Family, mediante el motor de búsqueda ‘encuentre a un consejero’, que permite al usuario buscar por ubicación.
Se presentó como una adolescente de 17 años y tuvo varias sesiones virtuales pagas con esos dos profesionales, que se encontraban en Virginia y en Colorado, dos de los 20 estados con prohibiciones vigentes.
Las normas de Virginia y Colorado comparten la definición de terapia de conversión’: cualquier práctica o tratamiento que “busque”, “intente” o “pretenda” “cambiar la orientación sexual o identidad de género de un individuo, incluyendo esfuerzos para modificar conductas o expresiones de género o para eliminar o reducir atracciones románticas o sexuales o sentimientos hacia individuos del mismo género”.
Ambas prohíben a prestadoras de salud o profesionales acreditados por esos estados emplear tales tratamientos con una persona “menor de 18 años”. Hacerlo constituye “conducta no profesional” y es pasible de “medidas disciplinarias”, dicen las dos leyes.
El primer consejero dijo a la periodista que se encontraba en Virginia – si bien aparecía en el sitio web como residente en otro estado cercano, donde estas prácticas no tienen restricciones.
En la primera sesión, este terapeuta dijo a la reportera que debía “reprimir” sus deseos, leer la Biblia y evitar contacto con cualquier grupo cristiano que aceptara y afirmara la diversidad sexual.
“Ellos no te van a decir que tu depresión, tu ansiedad, todo eso, no se irán si sigues el estilo de vida gay”, sostuvo.
El terapeuta describió a las comunidades LGBTQ como “enfermizas”, y dijo que su “tasa de suicidio es considerablemente más alta que el promedio nacional”.
“La tasa de ataques sexuales, de delincuencia, todo eso es mayor. Las enfermedades transmisibles, esas cifras son mayores en la comunidad gay […] Todos esos números están ahí […] Focus on Family ha hecho ese tipo de estudios”.
El profesional también aseguró que los hombres gay tienen en promedio 1.000 parejas a lo largo de su vida, y las mujeres lesbianas, 500.