En el país el aborto, salvo contadas excepciones, está sancionado por el Código Orgánico Integral Penal, por lo que extraña que estos centros que, aparentemente ofrecen asesoría para abortar, sigan funcionando y no hayan sido investigados.
Acceder a ellos es sencillo. Basta buscar la frase ‘aborto seguro’ en Facebook o en Google para dar con varios números telefónicos y páginas web que los promocionan.
Los centros aseguran que atienden a mujeres con embarazos no deseados e incluso informan sobre las píldoras de Cytotec (misoprostol) para llevar a cabo el procedimiento. Cuando el gancho surte efecto y la mujer acude a una cita, la historia es otra.
Primero, los sitios no se asemejan a un centro hospitalario; son casas o departamentos en los que los ‘especialistas’, que tampoco se presentan como médicos, se enfocan en culpar a la mujer por su decisión hasta hacerla desistir.
Para ello tienen recursos. En la mayoría de sitios muestran material gráfico, como fotos o videos, para convencer a las mujeres.
A esto se suma la desinformación médica que se proporcionan, como señalar que con el uso de anticonceptivos “ya te estás volviendo estéril”.
O decirles sobre el proceso abortivo que “no importa si tienes un embarazo de una hora, dos horas, un día o un mes (el aborto) destruye tu matriz… No importa a la clínica a la que vayas”.