En total, las reporteras encubiertas de openDemocracy se contactaron y recibieron asesoramiento de más de treinta «centros de crisis» en dieciocho países, en persona o por teléfono. Recibieron asesoramiento engañoso o manipulador en la mayoría de los casos.
En Canadá, la mayoría de afiliados de Heartbeat declaran explícitamente en sus sitios web que no refieren a servicios de aborto ni brindan asesoramiento profesional, aunque solo alrededor del 40% lo publican en su página principal. En la mayoría de los países, estos centros no dejaron claras sus posiciones antiaborto en los sitios web que revisamos.
«Esta investigación plantea grandes preocupaciones sobre estos grupos extremistas que se dirigen a las mujeres que buscan atención médica», dijo Ana María Bejar, directora de defensa de la Federación Internacional de Planificación de la Familia. Pidió leyes y campañas de información para contrarrestar a los grupos que difunden «mitos dañinos e intimidan a las mujeres».
En Argentina, la parlamentaria Mónica Macha dijo que las autoridades nacionales deberían investigar si los centros están actuando ilegalmente y agregó: «Necesitamos discutir la legitimidad de estas organizaciones que buscan evangelizar sobre la maternidad no deseada».
«Estas actividades no empoderan a nadie, no informan, no dan consejos … solo buscan asustar y crear pánico para empujar [a las mujeres] a tomar decisiones basadas en información falsa y trampas ideológicas. El objetivo es claro: evitar la autonomía de las mujeres».
«Esta es una cuestión de estado de derecho», dijo Neil Datta, secretario del Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos. «Todos los políticos, estén o no de acuerdo con el derecho de las mujeres al aborto, deberían estar muy preocupados de que las leyes de su país se eluden mediante la desinformación, la manipulación emocional y el engaño absoluto».