Damares Alves, por su lado, también se pronunció en contra de que la niña interrumpa voluntariamente su embarazo producto de una violación, lamentó la decisión judicial que autorizó el procedimiento e intentó impedir el aborto. Tras conocer el fallo judicial, Alves intentó intervenir para que trasladen a la niña a un hospital del municipio de Jacareí en Sao Paulo, para que continúe con el embarazo producto de una violación.
La ministra Damares Alves también envió a representantes del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, junto al diputado Lorenzo Pazzolini, al municipio de Sao Mateus, donde vive la menor de edad con su abuela. La diligencia, según información de la prensa local, tuvo como objetivo presionar a la abuela para que detuviera la interrupción del embarazo de su nieta.
Detrás de la comisión enviada por la ministra Alves, también llegaron activistas antiderechos y partidarios del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, para manifestarse en contra del derecho al aborto y hostigar a la abuela de la menor de edad. Esto, pese a que el marco legal de Brasil permite la interrupción del embarazo en casos de violación y cuando la vida de la gestante se encuentra en peligro.
El presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, Walmor Oliveira de Azevero, también se pronunció en contra de que la niña interrumpa su embarazo producto de una violación. “La violencia sexual es terrible pero, la violencia del aborto no se justifica teniendo en cuenta que disponemos de todos los recursos existentes para asegurar la vida de ambos niños. Las omisiones, el silencio y las voces a favor de esa violencia exigen una profunda reflexión sobre la concepción de ser humano”, dijo Oliveira.