Organizaciones cristianas derechistas de EEUU, conectadas al gobierno de Donald Trump, han gastado millones de dólares en la región para impulsar agendas antiderechos, incluyendo desinformación sobre el COVID-19, revela hoy el medio investigativo openDemocracy.
Algunos de estos grupos han:
- Asegurado que el COVID-19 fue fabricado en un laboratorio chino.
- Desarrollado una ‘app’ que emplea consejos “engañosos” para inducir a las mujeres a no usar anticonceptivos.
- Atacado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegurando que está usando la pandemia para promover el aborto y que debería ser desfinanciada.
- Desarrollado programas en línea y consejería que promueven el mensaje de que la homosexualidad es una enfermedad y la identidad trans es un síndrome.
Una investigación de openDemocracy en miles de páginas de declaraciones financieras en EEUU descubrió que veinte organizaciones de la derecha cristiana de ese país gastaron en América Latina al menos 44 millones de dólares desde 2007.
La American Society for the Defense of Tradition, Family and Property (TFP), que declaró gastos de por lo menos 2,7 millones en la región, calificó la actual crisis sanitaria del coronavirus como “el esfuerzo de ingeniería social y trasvase ideológico más monumental de la historia”.
Un grupo brasileño integrante de la red TFP publicó artículos negando la existencia de casos de COVID-19 en Río de Janeiro y asegurando que los números de muertes por coronavirus estaban “inflados y manipulados” por medios y políticos para crear “miedo y desesperanza”.
Mientras, la World Youth Alliance (WYA) está promoviendo una controvertida ‘app’ de fertilidad (la app FEMM) que busca disuadir a las mujeres para que no usen métodos anticonceptivos, alegando que son peligrosos.
Human Life International – que ha gastado 2,3 millones de dólares en América Latina desde 2007 – alega que la OMS “está usando el COVID-19 para propagar el aborto”. Junto a otra organización antiabortista estadounidense, Heartbeat International, respalda una red de “centros de embarazos en crisis”, que openDemocracy reveló este año y que está acusada de confundir y manipular a mujeres de la región.
Uno de los grupos estadounidenses más activos es Population Research Institute (PRI). Lo encabeza Steven Mosher, quien también integra un grupo de lobby anti-China que ayudó a fundar con Steve Bannon, exjefe de campaña de Trump.
PRI ha entrenado a personal de CitizenGo, el grupo conservador con sede en España que tiene nexos con varios partidos de extrema derecha en Europa, en el “uso de herramientas de estrategia política, comunicacional y análisis de escenario”. Y el director de PRI en América Latina, el peruano Carlos Polo Samaniego, integra el patronato de CitizenGo.
CitizenGo lanzó una petición en línea para desfinanciar a la OMS, alegando que es “el altavoz de la propaganda comunista china” y que con dinero público “promueve que se enseñe la masturbación a niños de 0 a 4 años… y se fuerce a los médicos para que practiquen operaciones de ‘reasignación’ de sexo a los niños”.
Focus on the Family, la segunda mayor fuente de dinero hacia América Latina (6,2 millones de dólares entre 2008 y 2018), ofrece programas en línea, podcasts y consejería en español con el mensaje de que la homosexualidad “no es normal” y la identidad trans “es un síndrome que se debe tratar”.
Todos estos grupos promueven una visión estricta de la “familia tradicional”, contraria al aborto y a la igualdad LGBTIQ. América Latina ya tiene una de las mayores tasas mundiales de embarazo adolescente y de asesinatos de personas LGBTIQ; muchos defensores de derechos humanos dicen que estas organizaciones están empeorando la situación.
Estos hallazgos son parte de una investigación mundial de openDemocracy, que descubrió que 28 grupos estadounidenses cristianos y derechistas gastaron al menos 280 millones de dólares en todo el mundo desde 2007.
Estos datos, sin embargo, subestiman la influencia internacional y el dinero de la derecha cristiana estadounidense en todo el mundo. Los montos que se reparten vía iglesias, o vía grupos registrados como “filiales de iglesias”, por ejemplo, no están incluidos en este total, porque esas organizaciones no tienen obligación de declarar lo que gastan.
La Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA) es el grupo con más dinero repartido en la región, 21 millones de dólares entre 2007 y 2014, más otros 10 millones en México y Canadá. La dirige Franklin Graham, hijo del fallecido tele-evangelista, y abierto aliado de Trump.
BGEA dejó de declarar su información financiera a partir de 2014, pues obtuvo una reclasificación como “asociación de iglesias”.