Por Carla Díaz
En un video que circula en redes sociales, el activista conservador ecuatoriano Pablo Muñoz Urrieta rechaza que se enseñe a los niños temas como la orientación sexual o la identidad de género, porque esto genera confusión y distintos problemas sociales. Como parte de sus argumentos, Muñoz afirma lo siguiente: “[En Canadá] está legislado que si uno llega a cometer el crimen de equivocarse de pronombre [de género] puede ir a la cárcel”. OjoPúblico revisó la normativa canadiense y los antecedentes al respecto, y concluyó que esto es falso.
El video en que Muñoz Urrieta hizo esa afirmación corresponde a una transmisión en vivo por Facebook, realizada bajo el título «Desorientación sexual en Ecuador”, al final de la cual se invita a la audiencia a firmar una petición para que el Parlamento ecuatoriano descarte el Código de la Niñez, un tema que ha generado un intenso debate político en ese país.
¿Qué dicen las leyes canadienses?
En el caso del Código Penal canadiense (Criminal Code, en inglés), las únicas referencias hacia la identidad y la expresión de género se encuentran en los artículos 318 y 319, que buscan sancionar crímenes como el genocidio o la promoción e incitación del odio hacia ciertos grupos humanos, ya sea por motivos de género, así como por color, raza, religión, origen nacional o étnico, edad, sexo, entre otros.
Sin embargo, en el texto de esta norma no se hace ninguna mención hacia los pronombres sobre género, ni se indica que su mal uso sea una causal para imponer la pena privativa de la libertad.
Estas referencias hacia la identidad y la expresión de género fueron incorporadas por primera vez a través del proyecto de ley C-16, vigente desde el 2017. Este proyecto de ley también agregó las categorías de expresión e identidad de género a un documento fundamental en dicho país: la Ley Canadiense de Derechos Humanos (CHRA, por sus siglas en inglés).
En este documento, actualizado hasta abril del 2021, se explicita que está prohibida cualquier forma de discriminación por identidad o expresión de género, pero tampoco existe alguna referencia sobre el uso de los pronombres, según pudo constatar OjoPúblico.
Así también lo precisaron las autoridades canadienses de ese entonces, como la ministra de Justicia Canadá, Jody Wilson-Raybould, quien explicó que con dichas modificaciones normativas, la identidad y la expresión de género pasaban a estar prohibidas como formas de discriminación. Además, con la incorporación de la sanción hacia los crímenes de odio por razones de género, se buscaba proteger a las personas trans y de género diverso que son atacadas o víctimas de propaganda de odio debido a su identidad.
De hecho, sobre estas modificaciones también se pronunció el Colegio de Abogados de Canadá explicando que las modificaciones legales no obligaban a los ciudadanos a usar un pronombre neutro en específico: “Recientemente, el debate se ha centrado en si las enmiendas obligarán a las personas a adoptar conceptos, incluso a utilizar pronombres, que encuentran objetables. Se trata de un malentendido de la legislación sobre derechos humanos y delitos motivados por prejuicios”, manifestaron por entonces.
Datos fuera de contexto
Ahora bien, donde sí se encuentra una referencia específica hacia los pronombres de género es en el Código de Derechos Humanos de Ontario, provincia canadiense, y la Política para prevenir la discriminación por motivos de identidad y expresión de género emitida por la Comisión de Derechos Humanos de Ontario (OHRC, por sus siglas en inglés). Esta política identifica una amplia gama de comportamientos que podrían involucrar acoso por razón de género contra personas trans y no binarias, incluida la negativa a referirse a una persona por su «pronombre personal adecuado».
Sin embargo, aquí es importante resaltar dos puntos que hacen imprecisa la afirmación del activista ecuatoriano Pablo Muñoz Urrieta.
En primer lugar, como se explica en el artículo “Identidad de género, pronombres de género y libertad de expresión: Proyecto de ley C-16 y la tracción de reclamos legales engañosos”, escrito por la profesora Brenda Cossman, de la Universidad de Toronto, las políticas de la OHRC no son legalmente vinculantes a todo el país. Su finalidad es “proporcionar una guía para interpretar los derechos bajo el código y pueden ser consideradas por tribunales de derechos humanos”. En segundo lugar, la OHRC ya se ha pronunciado respecto al uso de los pronombres, y que su mal uso podría configurar formas de discriminación bajo ciertos ámbitos sociales muy específicos:
“Negarse a referirse a una persona trans por el nombre que eligieron y un pronombre personal que coincida con su identidad de género, o una discriminación de género intencional, probablemente será discriminación cuando tenga lugar en un área social cubierta por el Código, incluido el empleo, la vivienda y servicios como la educación”.
Cabe señalar que, por lo menos desde 2018, otros medios internacionales han desmentido que en Canadá se encarcele a las personas por equivocarse en el uso del pronombre de género.
Por ejemplo, la agencia The Associated Press reportó que este tipo de desinformación estaba circulando en el contexto de las modificaciones, ya anteriormente explicadas, realizadas al Código Penal y la Ley Canadiense de Derechos Humanos, que incorporaron la categoría de género.
El mismo 2018, la entonces directora del Centro Asper de Derechos Constitucionales de la Universidad de Toronto, Cheryl Milne, explicó al medio de verificación AFP Fact Check que el “uso malicioso de un pronombre podría usarse para resaltar un patrón más amplio de discriminación, pero encarcelar a alguien no es un resultado posible para este tipo de demandas”.
Recientemente, en marzo del 2021, el medio Agencia Ocote, de Guatemala, desmintió una afirmación similar a la analizada en esta verificación, propagada por el activista argentino Agustín Laje —conocido promotor de ideas contrarias a los derechos de las personas lesbianas, bisexuales, gais y trans— durante la transmisión en vivo de un evento del país centroamericano.
Para esta última verificación, la abogada especializada en derecho internacional por la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá, Léa Lemay Langlois, indicó que no usar pronombres neutros podría ser considerado una práctica discriminatoria en ciertas circunstancias, pero no sería un delito, como aseguró Laje.
En resumen, la incorporación de la identidad o expresión de género como características que deben ser protegidas de actos de discriminación y odio, tanto por la Ley de Derechos Humanos de Canadá, como su Código Pena, no penalizan en ningún apartado el uso indebido de los pronombres de género.
En función a lo expuesto, OjoPúblico concluye que la afirmación de que en Canadá es un crimen penado con la cárcel el equivocarse en el uso del pronombre de género, es falsa.
Esta verificación de datos sobre la publicación de Facebook de la Asociación La Familia Importa: “El matrimonio puede reducir el crimen”, fue realizada por el medio de investigación periodística Ojo Público.
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