La presencia de actores religiosos, político-partidarios, de organizaciones conservadoras de la sociedad civil, entre otros, han servido para respaldar y hacer eco al discurso de quienes se oponen a los derechos de las poblaciones más expuestas a la violencia, como las mujeres y las personas LGBTI.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
Alberto Romero de Urbiztondo, investigador académico y activista por los derechos humanos, ha coescrito con Keyla Eunice Cáceres de León la investigación “Los que se oponen a los derechos: de las mujeres, de la población LGTBI, sexuales y reproductivos”, editado por la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto y la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local.
En una entrevista para La Mala Fe, Alberto nos ayuda a conocer las bases sobre las que se sostienen los discursos ultraconservadores que buscan restringir las libertades de las mujeres y las personas LGBTI, en El Salvador.
El avance de los derechos de las mujeres en El Salvador, al igual que el de las personas LGBTI, parece haber quedado en el plano legislativo y normativo, sin que estos logros se hayan reflejado en la vida cotidiana de las personas más expuestas a la violencia, como señala Alberto Romero de Urbiztondo en su entrevista para Clacai.
Esta situación se puede contextualizar si tomamos como referencia los cambios generados tras la aprobación de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, hace siete años. En 2019, los resultados de una norma que tuvo gran respaldo de la sociedad civil dejaron una alarmante cifra: solo dos de cada mil acusados de agredir mujeres son condenados.
Para Romero, hay una fuerte oposición de distintos actores para garantizar estos derechos, quienes, a pesar sus diferencias entre ellos ya sean católicos, evangélicos o no religiosos, tienen grandes coincidencias en la base de sus discursos.
“Hemos detectado que no son muchos los que, en su agenda, tienen explícitamente una oposición activa contra los derechos sexuales y reproductivos, contra los derechos de las mujeres o contra la población LGBTI. Lo que pasa es que, en su imaginario, en sus normas morales, ese discurso está implícito”, señala el activista.
Alberto Romero de Urbiztondo, coautor de la investigación: «Los que se oponen a los derechos».
La caminata “La familia es vida”, organizada por la fundación Sí a la Vida, reunió a 70 organizaciones, iglesias y empresas que rechazan la «ideología de género».
Los discursos conservadores en El Salvador, como en otros países de Latinoamérica, exponen la situación de vulnerabilidad a la que están expuestas las niñas, adolescentes, mujeres y las personas de la diversidad sexual y de género, frente a la violencia que ejerce contra ellas.
Estos discursos, que se niegan a reconocer los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTI, provienen de opositores cuyos grupos religiosos y colectivos conservadores, predican un supuesto amor al prójimo y defensa de los más indefensos, que se expresa a través de la discriminación y el rechazo hacia lo diferente, a todo aquello que no encaja en sus estándares de moral.
Asimismo, este discurso ha encontrado aceptación en sectores que, a pesar de tener corrientes ideológicas diferentes comparten una idea en común, el rechazo a la autonomía del cuerpo que se expresa a través del reconocimiento a la diversidad sexual, y los derechos de las mujeres.
“Cuando alguna organización, como por ejemplo Sí a la Vida o Vida SV, hace un llamado, otros grupos reaccionan rápidamente apoyando, porque ese tipo de llamado, esa oposición coincide con el discurso que tienen implícito o explícito”, señala Romero.
La investigación «Los que se oponen a los derechos» evidencia el accionar de los opositores y las incoherencias que existen entre sus discursos y sus prácticas.
“Es importante denunciar la doble moral que se da en muchos de estos liderazgos, la mayoría de los casos religiosos, pero también civiles sobre derechos sexuales, sexualidad, etc. Y en ese sentido, no dejar pasar todos los casos de pederastia que se dan en iglesias católicas y evangélicas, los problemas de corrupción económica que se da en muchas iglesias, porque no hay ningún tipo de control sobre los ingresos que tienen», resalta su autor.
Asimismo, es importante visibilizar las prácticas de grupos y líderes ultraconservadores, que a través de códigos morales intentan imponer normas de conducta social, para cuestionar y estigmatizar a los sectores más vulnerables de la población. Frente a estos discursos, es necesario tener información sobre la forma cómo operan estos grupos religiosos y colectivos conservadores.
Consulta y descarga la publicación en el siguiente link: “Los que se oponen a los derechos”.
Consulta y descarga la publicación aquí: “Los que se oponen a los derechos”
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