Sumado a esto, Jair Bolsonaro también ha vetado diversas iniciativas que el Congreso aprobó con el fin de fortalecer los derechos de las mujeres. Por ejemplo, con la excusa de “falta de claridad en el financiamiento”, vetó el proyecto de ley de la diputada Tabata Amaral que buscaba proveer de manera gratuita los productos menstruales. “Es un atentado a la dignidad de las niñas y de las mujeres más vulnerables. Todos tienen que posicionarse contra este absurdo”, comentó la autora de la iniciativa a la prensa.
Durante su gestión, Bolsonaro también ordenó al Ministerio de Educación prohibir la “ideología de género” en la educación primaria, en referencia al currículo escolar con enfoque de género que busca, entre otras cosas, erradicar la violencia de género y fomentar la educación sexual desde las escuelas. “He ordenado al Ministerio de Educación que prepare una propuesta legislativa para prohibir la ideología de género en la enseñanza básica”, dijo.
Así, su gobierno ha destacado por ser uno de los países con menor cantidad de mujeres en cargos ministeriales del mundo, de acuerdo al informe “Mujeres en la política: 2021” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres: solo 2 de sus 19 ministerios son dirigidos por mujeres, lo que equivale al 10,5%.
Estos son algunos de los retrocesos en Brasil que Lula da Silva deberá atender cuando inicie su gobierno en 2023. A la fecha, cabe resaltar, el futuro presidente de Brasil ya ha dado señales de que su gestión defenderá los derechos de las mujeres. Adelantó, por ejemplo, que abandonará el Consenso de Ginebra, una alianza internacional que busca bloquear los derechos sexuales y reproductivos como el aborto.