El representante del pastor de la Casa Blanca en Paraguay
El pastor evangélico Miguel Ortigoza es uno de los hombres claves en la avanzada contra los derechos de las mujeres y las minorías sexuales.
El pastor evangélico Miguel Ortigoza es uno de los hombres claves en la avanzada contra los derechos de las mujeres y las minorías sexuales.
Jazmín Acuña es investigadora y periodista. Es co-fundadora y editora de El Surtidor. Tiene una licenciatura en relaciones internacionales por Connecticut College de EE.UU. Su tesis de grado fue sobre el rol de medios en el proceso de justicia y reconciliación de Sudáfrica post-apartheid. Fue responsable de proyectos de la TV Pública junto al equipo fundador del medio y directora de proyectos de la ONG TEDIC. Son muchos sus temas de interés, pero se enfoca en la desigualdad, el conflicto de la tierra, género, tecnología, memoria y justicia.
Detrás de un escritorio amplio en uno de los barrios más caros de Asunción, Miguel Ortigoza no parece pastor. Es un hombre corpulento de facciones duras, con pocas dudas y muchos miedos. «Me saca el sueño la pérdida de soberanía de Paraguay», dice. Se ve más como un hombre de negocios, y ciertamente lo es. Menciona mucho a Dios mientras enumera los temores que lo han convertido en uno de los líderes del movimiento autodenominado «pro-vida» del país, una coalición de organizaciones religiosas y civiles que hacen lobby y activismo en contra de derechos de las mujeres y los derechos de las personas LGBTI. Hay un plan de la ONU de erradicar las fronteras, cuenta, de establecer un «nuevo orden mundial» que es fundamentalmente malo para él. Teme tanto que musulmanes invadan el país como a la educación sexual. Pero Miguel Ortigoza tiene un plan para combatir sus miedos.
El hombre que asegura que su dios es amor, hace ocho meses exhortaba al gobierno a no adherir a un pacto global de migración. Logró reunirse con el ex ministro de Relaciones Exteriores Luis Castiglioni para comprometerlo a no ratificar un acuerdo que ni era vinculante para Paraguay, un país emisor de migrantes. Hace un año, un evangélico estadounidense bastante similar a él, Ralph Drollinger, utilizaba versículos bíblicos para justificar la política del gabinete de Trump de separar a los niños de sus familias inmigrantes en la frontera de Estados Unidos. Lo hacía en un grupo de estudio de la Biblia que como pastor dirige dentro de la Casa Blanca, un espacio sin precedentes en los últimos 100 años. Al grupo van perfiles altos del gobierno cada semana, como el vice presidente Mike Pence, el secretario de Estado Mike Pompeo, la ministra de Educación Betsy DeVos y el ex fiscal general Jeff Sessions. «Hacer discípulos de Jesucristo en la arena política alrededor del mundo», reza el lema de Capitol Ministries en su sitio Web, la organización de Drollinger. Tienen el objetivo de instalarse en todo el mundo. En Paraguay ya cuentan con su propio embajador: Miguel Ortigoza.
Acababa de llegar de una reunión de la OEA en Washington. Fue hasta allá para asegurar la participación de grupos «pro-vida y pro-familia» en el organismo multilateral. Teme que les limiten el espacio de influencia. Ortigoza parece llevar una agenda apretada que se divide entre su militancia anti-derechos de las minorías sexuales y la libertad reproductiva de las mujeres, sus tareas de pastor del Centro Familiar de Adoración los fines de semana y atender una empresa de «asistencia espiritual» que dirige. La representación de Capitol Ministries combina sus roles de activista y guía espiritual. Era algo que, según él, necesitaba para complementar su trabajo con políticos.
Desde que Trump llegó al poder, Capitol Ministries creció en influencia. Hoy apunta a toda Latinoamérica, donde ya tiene varios representantes (Foto: Capital Ministries).
A Ortigoza le ofrecieron asumir el ministerio en Paraguay de Capitol Ministries en un viaje a Chicago en 2017. Su líder, Ralph Drollinger, es un ex basquetbolista de la NBA convertido en consejero espiritual que cree que las mujeres no son aptas para enseñar a hombres sobre la Biblia. En Estados Unidos, Capitol Ministries opera desde 1996 para «llevar el evangelio a los servidores públicos». A través de sus grupos de estudio bíblico, donde pastores asesoran a legisladores en el diseño de políticas entre rezos, han logrado insertarse en los congresos de más de 40 estados. Pero recién desde que asumió Trump, Drollinger ha logrado llegar a la Casa Blanca y aumentar su influencia.
Capitol Ministries ahora apunta a Latinoamérica, al igual que otros líderes evangélicos que con el aval de la Casa Blanca están exportando a la región una lucha contra los derechos de personas LGBTI, la identidad de género y los derechos reproductivos de las mujeres. Así lo demuestra una investigación de Columbia Journalism Investigations de la Columbia University en EE.UU, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y 15 medios latinoamericanos incluyendo El Surtidor. Además de nuestro país, Capitol Ministries ya tiene representantes en México, Honduras, Brasil, Perú, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y ha anunciado aperturas en Nicaragua y Panamá.
Las enseñanzas de Drollinger se transmiten a través de unos escritos donde interpreta lo que dice la Biblia sobre sexo, inmigración, matrimonio igualitario, entre otros temas. En países como Brasil y Honduras los legisladores hacen alarde con fotos públicas sobre sus grupos de estudio bíblico de Capitol Ministries. «En Paraguay es privado. Es un ministerio que solo sale a la luz cuando el legislador quiera hacerlo», cuenta el pastor Miguel Ortigoza. Según él, desde el 2018 se reúne con un grupo de parlamentarios cuya identidad no quiere revelar. Se apresura en decir que no busca nada a cambio de estos encuentros. «Nos acercamos para bendecir a esas autoridades y darles argumentos, que conozcan lo que opina Dios sobre este u otro tema. Estamos genuinamente convencidos que si ellos toman ciertas posturas van a tener desde arriba el agrado y la bendición», dice mientras apunta con el dedo al techo.
Se desconoce el lugar donde se reúne el pastor Drollinger con el gabinete de Trump. El Servicio Secreto esconde esa información. Lo que sí se sabe es que Capitol Ministries ha crecido enormemente en influencia. En Paraguay tampoco se sabe dónde y cuándo se reúne Miguel Ortigoza con los parlamentarios. En entrevistas con varios legisladores, ninguno dio indicios de que tal grupo exista. Pero todos dijeron conocer al pastor y haber hablado con él en varias ocasiones.
Detrás de Miguel Ortigoza hay un retrato de una niña con tutú de ballet clásico. «Es mi nietita», dice sonriendo, «la razón por la que me metí en todo esto de la defensa de la vida y la familia». Le preocupaba lo que aprendería en la escuela. Los temas de género le dan una visible ansiedad. Esa ansiedad la transformó desde hace unos años en activismo, mucho antes de asumir el ministerio de Capitol Ministries en el país. Se opone a varios reclamos de las mujeres, las personas LGBTI y las demandas de estudiantes y activistas por una educación sexual integral.
Para el tiempo que lleva esta cruzada acumula varias victorias. Recuerda su lucha contra una ley de paridad democrática para emparejar el número de mujeres que puedan competir por cargos electivos. Dice que en México, con una ley similar, «entraron 17 hombres como mujeres trans al congreso». Ortigoza recorrió los pasillos del parlamento paraguayo para que no se apruebe el proyecto y lo hizo con éxito. El proyecto de ley fue modificado y convertido en una suerte de parodia: se redujo a un compromiso de proveer charlas y talleres de liderazgo para las mujeres.
En Estados Unidos, Drollinger le dijo a un grupo de parlamentarios de California que las mujeres con hijos no debían servir en la legislatura. «Es pecado», aseguró. Ortigoza no desaprueba esta controvertida postura. «A mí me parece que la mujer que se casa, se está casando para tener hijos y debe entender que su rol principal es el de acompañar a sus niños». Dice que solo la mujer tiene la paciencia para acompañarlos en sus años más vulnerables. «Al sacar a mamá de la casa para trabajar, se les desprotege». Ortigoza, a pesar de dedicarse a la gestión de las tribulaciones de la gente, cree que un varón es tan solo capaz de llevar y traer a los hijos de la escuela, darles de comer y no mucho más.
Afirma que un hombre que es homosexual en realidad está buscando subsanar la falta la atención y el cariño de un padre ausente. Al preguntarle si no debería existir muchos hombres homosexuales de ser así, en un país donde es común que madres críen solas a sus hijos, responde: «Y hay muchos. En el clóset. Hay muchos». Situaciones traumáticas que se dan inclusive en el vientre materno explican estos «desórdenes», según Ortigoza. Para Ralph Drollinger, la homosexualidad es un pecado porque la Biblia así establece. Para su representante en Paraguay, una condición que puede ser «restaurada con amor, no con juicio». Como ejemplo relata una confusa historia de un joven trans que supuestamente, luego de orar y recibir guía espiritual, asume su identidad de mujer y en consecuencia, deja de sentir atracción por otras mujeres.
Las terapias de conversión no están prohibidas por ley en Paraguay, pero en 2017, la Sociedad Paraguaya de Psicología publicó un comunicado recordando que la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de la lista de trastornos mentales ya en 1972 y la OMS también la eliminó de la lista de enfermedades mentales en 1990. La transexualidad también dejó de ser considerada un trastorno mental. Para la CIDH, las terapias de conversión a personas LGBTI son una posible forma de tortura.
Pero al pastor Ortigoza le afligen los avances en la igualdad de género y ve peligros que para él se anidan hasta en las escuelas. «Desde los 4 años pretenden enseñar a los chicos a masturbarse». No hay evidencia alguna que confirme lo que dice. En 2017, asestó otra conquista con una resolución del entonces ministro de Educación Enrique Riera de prohibir contenidos relacionados a género. La resolución vino después que se encontrara en manuales y curriculum «un inicio, no todo, de ideología de género», dice. El ministro ordenó que se haga un informe al respecto, pero hasta hoy se desconocen sus resultados. Ortigoza asegura que el informe fue manipulado, como si lo hubiera leído.
Aunque es un hombre político, a veces le desconcierta la política. Cuenta que en las últimas elecciones le ofrecieron integrar la lista de un partido que prefiere no identificar. Por ahora cree que es más útil guiando a otras personas del movimiento que quieran ocupar espacios en el Estado. Apoya la gestión de Eduardo Petta, un evangélico al frente del ministerio de Educación en el gobierno de Mario Abdo. «Petta tiene una línea muy alineada con lo nuestro, con lo conservador». Los colorados fieles al ex presidente Cartes también, comenta, pero no comprende por qué buscan desestabilizar a un ministro como Petta que se declara «pro-vida y pro-familia». No ha perdido tiempo para hacerles llegar su disconformidad a los legisladores colorados que tiene como contactos en su celular.
Al presidente Mario Abdo también intentó transmitirle su disgusto con la decisión de retornar la embajada de Paraguay a Tel Aviv, luego que Cartes siguiera las decisiones de Estados Unidos y Guatemala de mover sus embajadas a Jerusalén. Para Miguel Ortigoza como para Ralph Drollinger, hay una razón bíblica que justifica el compromiso de los cristianos evangélicos con Israel. «La consecuencia de la decisión de Abdo es que luego de eso empezaron a venir los musulmanes, y vinieron de todos los colores. Ya empezaron a invertir, y con eso viene la migración», asegura, algo que le parece problemático.
No ve similitud entre sus ideas sobre los musulmanes y los miedos que alimentaron el anti-semitismo en la historia. «El judío no te impone nada. Hay algunas aberraciones, pero en líneas generales es gente buena».
El pastor Ortigoza generaliza mucho. Habla de haitianos que llegan para conquistar Chile, haitianos que no trabajan y que esperan que se les dé, que están llenos de vicios. Seguro que no todos son así dice, pero hay una gran mayoría que sí lo es. Comenta que en ese país andan sueltos por ahí mientras uno deja a su familia en la casa y que a estas cosas se expone un país con los pactos migratorios. Tiene la información que 20 mil nigerianos vendrán a Paraguay. Y los nigerianos son los que matan cristianos, repite. Uno ya compró una pista de aterrizaje en el Chaco. Averiguá, dice.
En un estudio bíblico de 2016, Drollinger escribió que las leyes de inmigración de cada nación deben basarse estrictamente en la Biblia. «¡Excluir a individuos que pueden ser criminales, traidores, terroristas o que puedan poseer enfermedades transmisibles no es para nada racista!», aseguró. Para Miguel Ortigoza, hay que ser hospedadores. «Pero yo no tengo que hospedar si corre riesgo mi gente. Es muy justo y muy necesario seguir cuidando las fronteras».
Este reportaje hace parte del proyecto Trasnacionales de la Fe, una colaboración de 16 medios latinoamericanos, bajo el liderazgo de Columbia Journalism Investigations de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y los siguientes socios latinoamericanos son: Agencia Pública (Brasil); El País (Uruguay); CIPER (Chile); El Surtidor (Paraguay); La República (Perú); Armando.info (Venezuela); El Tiempo (Colombia); La Voz de Guanacaste y Semanario Universidad (Costa Rica); El Faro (El Salvador); Nómada y Plaza Pública (Guatemala); Contracorriente (Honduras); Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (México); el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP); y Univisión (Estados Unidos).
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.