La postura de Biden en favor de los derechos sexuales y reproductivos, que ya era conocida desde su campaña, provocó la reacción de la conferencia episcopal estadounidense, que un día después de asumir su mandato le pedían que no siguiera el ejemplo de sus predecesores demócratas y actuara de acuerdo con “la doctrina católica”.
Asimismo, el obispo de Tyler (Texas, Joseph Strickland, envió un mensaje al presidente de Estados Unidos instándole a dejar de financiar con los impuestos federales el aborto en todo el mundo. “Afirmas ser católico, pero obviamente estás ignorando las enseñanzas básicas de la fe católica.», publicaba Strickland a través de su cuenta de Twitter.
La posición de Strickland se suma a la del arzobispo Joseph F. Naumann, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos, y David J. Malloy, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional, quienes también expresaron su oposición a la nueva orden ejecutiva de la administración Biden.
Después de las primeras medidas tomadas por la administración Biden, se espera que el mandatario también ponga fin a la participación de Estados Unidos en la Declaración de Consenso de Ginebra, un acuerdo firmado en 2020 por una docena de países que sostiene que “no existe un derecho internacional al aborto y que los estados no tienen ninguna obligación internacional de financiar o facilitar abortos”.