El Día del Niño por Nacer busca conmemorar, promover y defender la vida humana desde la concepción en el vientre de la madre. La fecha escogida (25 de marzo) no es casual: en ese día, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Anunciación, momento en el cual -según la Biblia- la Virgen recibe la noticia de su concepción milagrosa de boca del Arcángel Gabriel. Y es exactamente nueve meses antes de la Navidad o el natalicio de Jesús: 25 de diciembre.
La primera nación en celebrar este día fue El Salvador, donde se instauró el Día del Derecho a Nacer en 1993. Esta iniciativa fue respaldada por la Orden de los Caballeros de Colón, una asociación fraternal católica masculina creada en Estados Unidos y con presencia en Norte- y Centroamérica. En su página web se consideran «líderes del movimiento provida por más de 30 años» y señalan que este día «se instituyó como una adición al compromiso de la Orden para desarrollar una cultura que respeta y protege cada vida humana desde el día de concepción natural hasta el día de muerte natural».
Posteriormente, el expresidente argentino Carlos Menem firmó en diciembre de 1998 el decreto 1406/98, que declaró el Día del Niño por Nacer de manera oficial, tras una audiencia privada con el papa Juan Pablo II en El Vaticano. Menem exhorto a otros presidentes de Latinoamérica, España, Portugal y Filipinas para unirse a esta iniciativa.
Actualmente, esta fecha es acogida legalmente también en: Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Perú, El Salvador, Cuba, Chile, Nicaragua, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Panamá, Uruguay, Brasil, México, España, Austria, Eslovaquia y Filipinas.