Hace un año el Parlamento Europeo emitió una Resolución que identifica que la Unión Europea vive un momento de involución de los derechos de la mujer y la igualdad de género. El objetivo fue llamar la atención sobre como en algunos estados miembros se pone resistencia o se pretende desconocer los avances en relación al enfoque de género y las políticas de igualdad y Salud Sexual y Reproductiva y con ello limitar los derechos adquiridos. Además se indica, con preocupación, que ello ha venido acompañado de la divulgación de noticias falsas y de creencias estereotipadas.
Esto no es ajeno a la realidad latinoamericana donde hemos visto distintas campañas, algunas con mayor o menor éxito, que han buscado y buscan poner en cuestión el enfoque de género, la Educación Sexual Integral y los DSSR. Hemos visto por ejemplo, en contextos electorales falsedades evidentes, sobre la ESI. Así también hace poco en Colombia se llevó una vez más a la Corte un intento de inconstitucionalidad de la interrupción legal del embarazo esta vez con un mayor nivel de acción y activismo antiderechos, el cual no prosperó.
No solo nos enfrentamos a estrategias globales, que mueven recursos y discursos probados y estudiados que buscan ser replicados en diversas latitudes, sino que, como sugiere el Parlamento Europeo, una de sus principales formas son la difusión de información falsa y pseudocientífica, como vemos en los casos investigados por openDemocracy (OD) .