El 1 de abril se realizarán las elecciones presidenciales en Costa Rica. Sus ciudadanos tendrán que decidir a cuál de los dos candidatos le entregará el futuro del país: a la visión progresista de Carlos Alvarado (Partido Acción Ciudadana) o a la propuesta ultraconservadora de Fabricio Alvarado (Restauración Nacional).
“Nunca más se metan con la familia! ¡Nunca más se metan con la vida! ¡Nunca más se metan con nuestros hijos!”
– Fabricio Alvarado
Las elecciones presidenciales en Costa Rica se asemejan a una carrera hípica: cuando se dio la largada, trece candidatos con diferentes edades, profesiones y experiencias políticas salieron raudos del partidor. Tras los primeros metros, se podían distinguir claramente dos bloques: uno de líderes y una mitad que quedó atrás sin posibilidades de victoria. A media carrera, el grupo de vanguardia competía sin descanso y la delantera iba cambiando de una encuesta a otra.
Al entrar a la última curva, dos candidatos que venían rezagados arremetieron por los palos y sacaron varios cuerpos de ventaja al resto. Ahora que solo faltan 100 metros, Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado avanzan a todo galope para llegar a la meta en un final de fotografía.
El 9 de enero, en plena campaña electoral, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió una opinión consultiva en la que piden a Costa Rica sus Estados miembros “reconocer y garantizar todos los derechos que se deriven de un vínculo familiar entre personas del mismo sexo”, así como el cambio de identidad sexual en los registros civiles de las personas transgénero.
La vicepresidenta Ana Helena Chacón calificó el fallo de “histórico” y precisó que su Estado acatará y pondrá en práctica las recomendaciones de la Corte IDH de inmediato. Esa misma noche, Fabricio Alvarado llamó a desconocer la resolución y anunció que, de ser elegido presidente, convocaría a un referéndum para retirar a Costa Rica de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Una semana después, una encuesta realizada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica mostró la efectividad de su mensaje: Aumentó 14 puntos porcentuales en menos de un mes (de 3 al 17%) y pasó a encabezar la lista de candidatos. Además, dos tercios de la población (67%) estaban de acuerdo con su postura y consideraban que el fallo de la Corte IDH era una imposición a la soberanía y a la idiosincrasia costarricense.
“Nunca habíamos tenido posiciones tan conservadoras, incluso de los partidos tradicionales, que al darse cuenta de que este discurso estaba sumando votos, repitieron el mensaje”, precisa Larissa Arroyo, abogada especialista en derechos humanos y directora de la organización Acceder. De pronto, ya no se hablaba de economía ni de los grandes desafíos del país. Toda la discusión electoral giraba en torno al matrimonio igualitario.
La vocación musical de Fabricio Alvarado parece ser una condición hereditaria. Su padre fue cantante de cumbia y su hija mayor está grabando su primer disco. Aunque algunos de sus seguidores lo llamen “pastor”, él se considera salmista y predicador de la palabra de Dios.
Lleva 14 años de trayectoria musical, cuatro producciones y más de 50 canciones escritas. La más exitosa de ellas, “Batalla espiritual”, figuró en la lista de las 50 más virales de Spotify. Los videos más vistos en su canal de Youtube son aquellos en los que participa su hija Fabiana: “Papito”, su debut como solista (22 millones de reproducciones) y “Alcanzarás”, el dúo padre-hija (1.3 millones).
Fabricio estudió Ciencias de la Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica y estuvo a punto de terminar la carrera pero ingresó a la televisión, primero como reportero de sucesos y luego como presentador del noticiero Repretel, uno de los más importantes del país.
El 2003 fue un año clave. Luego de recibir una amenaza de muerte, Fabricio migró a la iglesia evangélica Ríos de Alabanzas, donde inició su faceta de cantante y conoció a la bailarina Laura Moscoa, su actual esposa. Hoy ambos administran un ministerio cristiano, un sello discográfico y una academia de artes llamados Metamorfosis, así como la asociación Creados a tu Imagen, que cumple fines artísticos y sociales.
Alejado ya del periodismo, su ingreso a la arena política se dio en el 2013, producto del azar. El candidato que encabezaría la lista de diputados de Restauración Nacional por San José renunció y el comité del partido le ofreció participar en su reemplazo, conocedores de su facilidad de palabra y carisma.
Como diputado, Alvarado ha presentado iniciativas vinculadas a la niñez, la adolescencia y la familia. Como candidato presidencial, ha declarado la guerra a todos los proyectos relacionados al matrimonio igualitario, el aborto, la fertilización in vitro, el reconocimiento de familias diversas y de otras identidades de género. Su plan de gobierno tiene como base el “cristianismo social”, una ideología “basada en la libertad, la igualdad y la solidaridad”.
(Foto: Público.es)
Desde fuera, Costa Rica siempre pareció un destino pacífico. Era “la Suiza de Sudamérica”, el país sin ejército donde los problemas se resolvían mediante el diálogo, la negociación y el respeto hacia los demás. O al menos, eso parecía.
“Esta siempre ha sido una sociedad muy patriarcal, que exalta las figuras autoritarias. Fabricio Alvarado no ha cambiado la cultura de este país, lo que ha hecho es permitir que aflore un discurso antiderechos, que se ponga de manifiesto y se legitime” opina Montserrat Sagot, directora del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) y catedrática de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica.
Al igual de lo acontecido en Estados Unidos tras la elección de Donald Trump, las personas homófobas, racistas, sexistas y xenófobas de Costa Rica se han desinhibido y ya no tienen reparos para expresar públicamente sus ideas discriminatorias. Como consecuencia, los índices de agresión y la intensidad de los ataques contra la comunidad LGBT se han incrementado.
“La homofobia y la xenofobia siempre han existido en Costa Rica pero estuvieron dormidas. Tras las elecciones nos dimos cuenta de que no éramos el país que creíamos” precisa Mario Arias, vocero del Frente por los Derechos Igualitarios de Costa Rica (FDI). Al cierre de esta edición, el FDI había registrado 27 casos de agresión basados en la orientación sexual de la víctima, contados a partir de la primera vuelta.
“Costa Rica tiene un doble estándar: la imagen que vende internacionalmente y lo que realmente pasa dentro del país”, afirma Gabriela Arguedas, profesora de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Costa Rica e investigadora del CIEM. “En buena hora se cayó esta careta”.
(Foto: La Nación)
El discurso conservador de Fabricio Alvarado contra la “ideología de género” encajó con los intereses de las iglesias católica y evangélica, que han liderado una promoción muy agresiva de su candidatura. “Dentro de las iglesias se estaba invitando abiertamente a que voten por Fabricio; incluso les dicen que se van a ir al Infierno si no lo hacen, literalmente”, comenta Javier Córdova, periodista y editor del Semanario Universidad de la Universidad de Costa Rica.
En las últimas décadas, la hegemonía de la iglesia católica en la región se ha reducido considerablemente (de 81% en 1995 a 57% en el 2017, según Latinobarómetro), a la vez que el porcentaje de población evangélica ha ido en aumento (25% el último año). Pese a ello, Montserrat Sagot considera que han sabido construir una agenda común, poner aparte sus diferencias doctrinales y se han juntado con objetivos comunes, tales como defender la visión tradicional de familia y frenar cualquier avance de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de la comunidad LGBTI.
Sin embargo, Gabriela Arguedas nos pide ser aún más precisos: “Decir que hay una alianza entre la iglesia evangélica y la iglesia católica es una afirmación apresurada e inexacta. Hay una alianza entre el movimiento fundamentalista neopentecostal (una parte del sector protestante) y el neointegrismo católico (el ala más conservadora del Vaticano) que desde hace más de quince años comenzó a organizar un discurso en contra del Sistema Interamericano de Derechos Humanos”.
“La discusión política ya no es ideológica, ya no estamos hablando de izquierdas y derechas, sino de grupos conservadores y grupos progresistas”
– Javier Córdoba
«Es una estrategia internacional orquestada y financiada por las más altas jerarquías de la iglesia católica y que se mete a América Latina porque es el reservorio de población católica más grande del mundo y debe ser protegido”
– Montserrat Sagot
En Costa Rica, las iglesias compensan en muchos casos la ausencia del Estado. “El trabajo comunitario de las iglesias evangélicas ha sido maravilloso y tiene que ser admirado. Trabajan en los pueblos, se acercan a la gente, están ahí día a día, cosa que el Estado no ha hecho y que la sociedad civil tampoco puede hacer por falta de recursos”, destaca Arroyo.
Mario Arias hace hincapié acerca de la influencia que mantienen las iglesias católicas y evangélicas para inducir al voto de sus feligreses. “Si un obispo quiere incidir sobre un tema, firma un documento y este se lee en todas las misas el fin de semana. Tiene un micrófono en cada pueblito de Costa Rica, garantizado”. A lo que Córdova añade: “Fabricio (Alvarado) no ha gastado ni siquiera $2000 dólares en la campaña de primera vuelta. Su candidatura creció a punta de redes sociales y de la Iglesia”.
“En la medida que no combatamos la profunda desigualdad económica, la exclusión social y la aplicación de políticas neoliberales, que dejan a la mayoría de las personas en condiciones precarias, estos discursos van a calzar muy bien”, finaliza Montserrat.
El 16 de mayo del 2014, ocho días después de iniciar su mandato y en la víspera del Día Mundial de la Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual, la bandera del orgullo gay se izó en la Casa Presidencial de Costa Rica. De manera simbólica, el gobierno de Luis Guillermo Solís marcaba una diferencia con sus antecesores, fijaba su postura frente a los derechos humanos e incomodaba a los sectores más conservadores.
Sagot, Arias y Arguedas coinciden en señalar que, a pesar de sus limitaciones, el balance final del mandato de Solís en materia de derechos humanos es positivo: “Gracias a este gobierno tenemos la opinión consultiva de la Corte IDH sobre el matrimonio igualitario y un decreto ejecutivo para erradicar la discriminación de los funcionarios LGBTI en todas las instituciones públicas”, recuerda Arias.
La popularidad de Solís se ha visto mellada recientemente por el “Cementazo”, un escándalo de corrupción y tráfico de influencias que tiñe a funcionarios del Ejecutivo, Legislativo y la Corte Suprema. “Por eso, la campaña de Fabricio Alvarado promete una gestión austera en el gasto público, de “manos limpias” y con la voluntad para hacer bien las cosas, así no se cuenten con todas las capacidades”, apunta Arroyo.
El candidato oficialista encargado de limpiar el nombre del Partido Acción Ciudadana (PAC) es Carlos Alvarado, ex ministro en dos ocasiones, periodista y politólogo. Con solo 38 años, es un político experimentado que se presenta como “la continuidad del cambio” iniciado por Solís y maneja un tono conciliador y progresista, en oposición a su rival.
La más reciente encuesta electoral del CIEP (publicada el 6 de marzo) muestra un empate técnico entre los dos candidatos que irán a segunda vuelta este 1 de abril. Por primera vez, Carlos Alvarado encabeza los resultados con 41% frente a un 39% de Fabricio Alvarado, que cayó siete puntos en comparación a la encuesta anterior. Será el 20% de indecisos quien finalmente decidirá cuál de los Alvarados será el nuevo presidente de Costa Rica.
(Foto de portada: Delfino.cr)
El año 2017 fue el más violento de la historia de Costa Rica: 603 homicidios y una tasa de 12.1 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La Organización Mundial de la Salud califica como epidemia una tasa superior a 10. El incremento se explica por una mayor incidencia de asesinatos múltiples y por rencillas entre bandas dedicadas al microtráfico de drogas.
Se estima que este 2018 el déficit fiscal de Costa Rica llegaría al 6.6% de la producción nacional, la peor cifra de los últimos 35 años. El próximo presidente deberá hallar la manera de reducir los gastos en el sector público, aumentar la liquidez para cubrir servicios esenciales y elaborar una reforma fiscal integral que evite nuevas crisis económicas.
La última Encuesta Nacional de Hogares detalla que el 20% de la población vive en la pobreza, mientras que el 5.7% de los costarricenses se ubica en niveles de pobreza extrema. Si bien la tasa de desempleo se ha reducido a 8.5% en el último año, el empleo informal aumentó a 44.2%.
En más de la mitad de los países que están bajo jurisdicción de la Corte IDH es ilegal que dos personas del mismo sexo quieran casarse.
El matrimonio homosexual es legal en:
La unión civil de personas del mismo sexo es legal en:
El matrimonio y la unión civil para parejas gay son ilegales en:
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
#EducaciónConIgualdad por enfoque de género en las aulas 
