El informe “Tengo miedo, ese era su objetivo: Esfuerzos para prohibir la educación de género y sexualidad en Brasil” de Human Rights Watch da cuenta de la prohibición de la educación sobre género y sexualidad desde las esferas políticas hasta las aulas en Brasil.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
De acuerdo a un reciente informe de la organización internacional Human Rights Watch, en Brasil los docentes de escuelas públicas son perseguidos, hostigados y sancionados por educar a sus alumnos sobre género y sexualidad. La cruzada conservadora contra la educación sexual y sin discriminación, según precisa el informe, proviene no solo de grupos antiderechos de la sociedad civil, también desde los ministros de Educación del gobierno de Jair Bolsonaro.
Uno de los docentes perseguidos por impartir clases de género y sexualidad fue Virginia Ferreira, profesora de la escuela pública de Vinhedo, en la ciudad de Sao Paulo. En marzo de 2019, Ferreira designó a sus estudiantes de octavo grado una tarea relacionada al feminismo y violencia de género en el país. Sin embargo, la asignación generó una acusación de adoctrinamiento presentada por funcionarios del colegio, así como expedientes disciplinarios y hostigamiento por redes sociales.
Casos como estos recogió el informe “Tengo miedo, ese era su objetivo: Esfuerzos para prohibir la educación de género y sexualidad en Brasil” de Human Rights Watch, que analizó 217 proyectos de ley presentadas y aprobadas del 2014 al 2022 y que tenían como objetivo prohibir y criminalizar el género y la sexualidad en la educación, así como 56 entrevistas a docentes y expertos en educación de 8 estados brasileños.
En los últimos 9 años, la clase política de Brasil ha buscado erradicar el uso y discusión sobre conceptos como “orientación sexual” y “género” de las aulas de las escuelas públicas, de acuerdo al informe de Human Rights Watch. “Los intentos de suprimir la educación sexual integral en Brasil se basan en prejuicios y socavan los derechos a la educación y la no discrminación”, dice Cristian González Cabrera, investigador de la división de derechos LGBT de Human Rights Watch.
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Dicho informe publicado recientemente da cuenta de casos de maestros que contaron haber sido acosados por abordar en sus clases temas como el género y la sexualidad. Uno de ellos fue Allan Rodrigues, un docente de secundaria de una escuela pública de la ciudad de Río de Janeiro, quien ha recibido decenas de amenazas por correo electrónico desde el 2014. “¡Dejen de adoctrinar a los estudiantes! ¡Nos perdimos el 2019! ¡Los maestros como tú deben morir! ¡Estamos viendo! ¡Solo una advertencia”, dice uno de esos correos anónimos.
Así, la persecución contra docentes les ha generado procesos administrativos en las instituciones educativas donde trabajan hasta citaciones para que declaren ante la policía.
Human Rights Watch también advierte en su informe que los ministros de Educación del gobierno del presidente Jair Bolsonaro han ejercido una retórica discriminatoria y de descrédito hacia la educación sobre género y sexualidad. Uno de esos ministros fue Milton Ribeiro, quien se vio en la obligación de renunciar a su cargo por denuncias de corrupción en su contra. En más de una ocasión, cuando fue ministro, Ribeiro afirmó que las discusiones sobre género y sexualidad era un “incentivo” para que los menores tengan relaciones sexuales y que los niños homosexuales provienen de “familias desadaptadas”.
A la izquierda, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. A la derecha, su exministro de Educación, Milton Ribeiro.
– Foto: AFP.
Dichos discursos, según el informe, también se replican en la sociedad civil, a través de organizaciones conservadoras que usan la retórica de la “ideología de género” y un supuesto “adoctrinamiento” para denunciar y acosar a los docentes de escuelas públicas.
Frente a ese contexto, el investigador de Human Rights Watch, Cristian González Cabrera, sostiene: “El mal uso de la educación en género y sexualidad como arma política afecta más directa y negativamente a los docentes y jóvenes brasileños, precisamente a quienes más necesitan información. Brasil debe centrar sus esfuerzos en garantizar que todos los jóvenes tengan información adecuada e inclusiva sobre género y sexualidad, que es esencial para que puedan vivir una vida sana y segura”.
Desde el sistema judicial, no obstante, las autoridades se han mantenido firmes y han seguido con la legislación de Brasil y directrices educativas que garantizan una educación sobre género y sexualidad. En 2020, por ejemplo, el Supremo Tribunal Federal (STF) emitió fallos que revocaron hasta 8 leyes que buscaban prohibir ambos conceptos, porque violaban los derechos a la igualdad, la no discriminación y educación. Sin embargo, advierte el informe, por lo menos otros 4 procesos están pendientes en el STF.
En este portal damos alerta de los avances y las estrategias que el fundamentalismo y la agenda antiderechos implementan en los países de la región y resaltamos a las voces y propuestas que están dispuestas a combatirlos y que defienden los derechos reproductivos, la diversidad sexual y el enfoque de género.
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