En medio de los conflictos políticos y sociales en Bolivia, Luis Fernando Camacho, también conocido como “El Macho”, se posicionó como una de las figuras representativas de la corriente religiosa fundamentalista que se opone a todo aquello que esté fuera de sus cánones de «moral» y «respeto a la fe».
Camacho lidera una de las organizaciones más importantes de Santa Cruz (Comité Cívico de la ciudad de Santa Cruz), la zona más adinerada de Bolivia, y junto a su familia forma parte del Grupo Empresarial de Inversiones Nacional Vida S.A., empresas relacionadas al sector de seguros y el gas.
En su juventud, fue vicepresidente de la Organización Juvenil Cruceñista (UJC), una organización cuyo lema es “No somos violentos, somos pacíficos, pero tampoco somos cobardes”, y quienes tienen una clara consigna religiosa: #DiosVolveráAlPalacio.
Este pensamiento se refleja en las polémicas declaraciones que dio Camacho tras irrumpir en la vieja casa de gobierno en la Plaza Murillo, en La Paz, para dejar la carta que pedía la renuncia de Evo Morales: “Ha vuelto a entrar la Biblia al palacio. Nunca más volverá la Pachamama”.