Grávida forma parte del Área Pastoral del Cuidado de la Vida y la Niñez de la Conferencia Episcopal Argentina, tiene más de 69 sedes en todo el país y más de tres décadas en actividad. Es conducida por el sacerdote Bernardo Ruiz Moreno, y por Diana Florez del Castillo, laica, quien en 2018 participó en el debate en Congreso por la despenalización del aborto. Por supuesto, se manifestó en contra.
«Vengo representando a miles de mujeres que han sido valientes y le dijeron sí a la vida, en situaciones de incesto, de violación, de pobreza absoluta, de necesidad suya y de sus hijos, y apostaron por la vida», dijo Florez en esa ocasión.
Actualmente, Grávida se define como «un servicio de acompañamiento para el fortalecimiento de la maternidad vulnerable». En la práctica, esto significa que intervienen para impedir que niñas, adolescentes y mujeres interrumpan de forma voluntaria sus embarazos. Como parte de su servicio, también impulsan la «sanación de heridas del aborto».
Para realizar estas actividades, obtienen financiamiento a través de la Fundación Amigos de Grávida, que según su página web recibe fondos del Comité para Intervención Caritativa a Favor del Tercer Mundo, la Comisión Episcopal de ADVENIAT para los pueblos de América latina y el Caribe, Ayuda a la Iglesia Necesitada y el Subcomité de Obispos para la Iglesia en América Latina.
En Santa Fe, su principal representante es Emilio Perizotti, hijo de Juan Calixto Perizzotti, exmilitar conocido por ser el genocida más sentenciado de la provincia por sus crímenes durante la dictadura. De acuerdo al medio Página 12, él sería el encargado del Área de Atención de Casos de Gravida.