Dichos discursos, según el informe, también se replican en la sociedad civil, a través de organizaciones conservadoras que usan la retórica de la “ideología de género” y un supuesto “adoctrinamiento” para denunciar y acosar a los docentes de escuelas públicas.
Frente a ese contexto, el investigador de Human Rights Watch, Cristian González Cabrera, sostiene: “El mal uso de la educación en género y sexualidad como arma política afecta más directa y negativamente a los docentes y jóvenes brasileños, precisamente a quienes más necesitan información. Brasil debe centrar sus esfuerzos en garantizar que todos los jóvenes tengan información adecuada e inclusiva sobre género y sexualidad, que es esencial para que puedan vivir una vida sana y segura”.
Desde el sistema judicial, no obstante, las autoridades se han mantenido firmes y han seguido con la legislación de Brasil y directrices educativas que garantizan una educación sobre género y sexualidad. En 2020, por ejemplo, el Supremo Tribunal Federal (STF) emitió fallos que revocaron hasta 8 leyes que buscaban prohibir ambos conceptos, porque violaban los derechos a la igualdad, la no discriminación y educación. Sin embargo, advierte el informe, por lo menos otros 4 procesos están pendientes en el STF.