Profesores y profesionales de la salud denuncian la instrumentalización de la línea llame 100 por parte del gobierno federal para la persecución política y como política de vigilancia. En una demanda presentada esta semana ante el Supremo Tribunal Federal (STF), la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Confederación Nacional de Trabajadores de la Salud (CNTS) alertan sobre los abusos y piden medidas urgentes al Poder Judicial.
La Acción de Non Cumplimiento de Precepto Fundamental (ADPF) alega que las iniciativas del gobierno federal están en total desacuerdo con la jurisprudencia del STF, y que el instrumento creado para registrar las violaciones se ha convertido en un aparato de patrullaje ideológico.
Según los grupos, el canal creado originalmente para recibir denuncias de abusos de los derechos humanos se ha utilizado ahora para amenazar a los profesionales de la educación, a otros ciudadanos y a las instituciones con puntos de vista diferentes a los del gobierno federal en temas como la vacunación, la identidad de género y la orientación sexual.
“Se han subvertido los conceptos de derechos humanos para permitir la aplicación de una política de vigilancia, persecución, discriminación y represión, especialmente en los ámbitos de la Educación y la Salud”, dice la acción, obtenida en exclusiva por la columna. La medida se llevó a cabo en colaboración con activistas y operadores jurídicos que trabajan en la defensa de los derechos humanos.
Creado en 1997, Disque 100 está vinculado al Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos. Es responsabilidad del Ministerio recibir, analizar y remitir las denuncias de violaciones de derechos. La sistematización de las denuncias también se considera una herramienta para que los gestores públicos, la sociedad civil y los investigadores puedan monitorear la situación de los derechos humanos en el país. “Sin embargo, el canal ha sido reformulado bajo el gobierno de Bolsonaro”, acusan.
Una de las quejas de la ADPF se refiere a la iniciativa del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de emitir una nota técnica la cual afirma que es una violación de los derechos humanos exigir una prueba de vacunación para acceder a lugares públicos o privados. “El dial 100 se puso a disposición para recibir este tipo de denuncias, en una acción más para combatir las medidas de contención de la pandemia de Covid-19. Una vez más, el uso de Dial 100 no respeta la decisión de la Corte Suprema, que afirmó la legalidad de las restricciones indirectas para ampliar la cobertura de vacunación en el país”, señalan las entidades.
En el gobierno y entre los aliados de la base radical del bolsonarismo, está en curso realiza una campaña en las redes sociales contra la prueba de la vacunación, alegando que sería una restricción de derechos. En Europa y en decenas de países, el instrumento es ampliamente utilizado, mientras que en Francia los estudios indicaron que las medidas salvaron 4.000 vidas y generaron una economía multimillonaria a las arcas públicas. Al incluir el tema en el Dial 100, las entidades señalan que el gobierno incita a dudar de las vacunas y a perseguir a los profesionales de la salud.