Desde que la sede de su iglesia cerró por el avance del Covid-19, él y su esposa Rita Vásquez realizan el culto desde su casa en La Molina, a través de videos que graban con ayuda de sus trabajadoras del hogar; y en donde se observa a tres de ellas entonando cánticos religiosos como preámbulo. “A ellas les tocó pasar aquí la cuarentena, pero están sanas, no tienen la enfermedad”, dice el pastor en uno de los mensajes que transmite por Facebook.
La pandemia alteró los cultos de esta iglesia, pero no la recolección del diezmo. González, que fue investigado por lavado de activos en la fiscalía, no se ha olvidado de exigir este monto a sus fieles, aún cuando, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de un millón de personas han perdido su empleo por la pandemia en Lima. “Los hermanos que son fieles, ¿cómo no van a separar de lo que ganan, de lo que venden o reciben algún sueldo? Si son fieles, van a separar su diezmo (…)”, dijo.
Otro de los personajes que dirige sus prédicas a través de las redes sociales es Alberto Santana Leiva, fundador de la Iglesia Cristiana Mundial El Aposento Alto. En septiembre del 2019 él regresó a dirigir el culto luego de ser denunciado por abusar de una menor de edad y estafar a exfieles con la presunta compra del estadio de Alianza Lima. «Si no hay enfermedades la gente se olvida de Dios (…) El virus quiere luchar contra aquellas personas que se apartan del Dios del cielo y hacen maldad, para que se vuelvan a él», dice en sus mensajes virtuales.