Ante la presión de grupos juveniles religiosos, representantes de grupos "provida", e incluso ante la iniciativa de sus propios alcaldes, los municipios de Hernandarias, Encarnación y Asunción intentaron prohibir las Marchas del Orgullo LGBTI en sus localidades. Afortunadamente, sus intentos de represión resultaron fallidos.
Equipo de redacción de La Mala Fe.
El 27 de setiembre pasado, una resolución de la Municipalidad de Hernandarias intentó prohibir la marcha del orgullo LGBTI de esta localidad, lo que causó polémica por utilizar argumentos a favor de “la vida y la familia” para impedir una actividad que reivindica la diversidad sexual y de género.
En respuesta a los pedidos de grupos juveniles religiosos de la zona, el intendente de Hernandarias, Rubén Rojas, autorizó la resolución 3076/19, la cual fue respaldada por la Junta Municipal. “Mi obligación es proteger a la ciudadanía. Ellos pueden hacer lo que quieren en su casa, alquilen un lugar; pero en el espacio público, no”, afirmó el jefe comunal.
Pese a la negativa del municipio de Hernandarias, los colectivos LGBTI realizaron su marcha del orgullo. No obstante, se registraron actos de violencia por parte de grupos “provida” que arrojaron huevos y propinaron golpes a los ciudadanos que acudieron a marchar por la diversidad, según denunciaron los agraviados.
“Mi obligación es proteger a la ciudadanía. Ellos pueden hacer lo que quieren en su casa, alquilen un lugar; pero en el espacio público, no”.
Jefe comunal de Hernandarias, Rubén Rojas.
Por segundo año consecutivo, la comunidad LGBTI de Encarnación se enfrentó a la negativa de las autoridades que se oponen a la marcha del orgullo en esta localidad. El intendente local Luis Id volvió a rechazar el pedido de uso para el espacio público para realizar la convocatoria.
Id aseguró que “mientras este intendente esté al frente de la administración de esta ciudad, no va a autorizar ningún tipo de actividad que procure provocar (…) a las buenas costumbres, a la creencia, a la cultura mayoritaria de esta ciudad, fundada nada más y nada menos que por jesuitas”.
Opositores a la comunidad LGBTI también intentaron detener estas actividades en Asunción. Los abogados Agustín Olazar, Gilberto Maldonado y Justo Pastor Valiente presentaron un recurso de apelación contra la marcha LGTBI en esta ciudad, que estaba siendo organizada por los colectivos Diversxs y la Coalición LGTBI.
A pesar de que se presentaron recursos de amparo para impedir las marchas LGBTI en Asunción y Encarnación, los tribunales de estas localidades rechazaron estas solicitudes. De esta manera, ambas actividades que reivindican la diversidad sexual y de género se pudieron realizar bajo el amparo de la ley.
Las actividades realizadas en conmemoración al orgullo LGBTI no son las primeras en intentar ser censuradas. Tampoco es la primera vez que se utiliza “el bienestar de los niños” y “la defensa de la familia” como argumentos para oponerse a las actividades públicas de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, trans, e intersex.
En 2018, los abogados Agustín Olazar, Gilberto Fabián Maldonado Piñánez y Justo P. Valiente (vinculados a grupos “provida”) utilizaron los mismos argumentos contra el Festival Besatón de ese año, a cargo de la organización Somosgay.
A pesar de que las medidas legales que buscan impedir actividades LGBTI no resultaron aprobadas, aún no hay una posición firme desde los tribunales por el reconocimiento de los derechos de esta comunidad. Algunos de los argumentos empleados para rechazar estas medidas se centran en cuestiones formales, como la presentación “fuera de fecha” o una sustentación incorrecta del acto “ilícito”, lo que invisibiliza la homolesbotransbifobia que está detrás de estos recursos legales, tanto por parte de los gobiernos locales como de los grupos conservadores.
Más de mil personas salieron el sábado de septiembre a las calles del centro de Asunción para celebrar la diversidad sexual.
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