En Brasil, el aborto es legal cuando el embarazo es producto de una violación, cuando la vida de la embarazada está en riesgo o cuando hay un diagnóstico de anencefalia fetal. En estos casos, la ley brasilera no establece un límite de edad gestacional para acceder a un aborto seguro.
Esto cambiaría de aprobarse el proyecto del diputado evangélico Sóstenes Cavalcante (Partido Liberal), que plantea equiparar el aborto desde la semana 22 con el homicidio. Según la propuesta, las mujeres víctimas de violación podrían ir a la cárcel entre 6 a 20 años si interrumpen su embarazo en ese periodo. Ello implica sanciones más fuertes que las contempladas para violadores (6 a 12 años).
La propuesta antiaborto fue impulsada por el bloque evangélico de la Cámara de Diputados de Brasil y encontró respaldo de sus compañeros del sector agropecuario y defensores de armas, una tríada conservadora denominada como la Bancada BBB (Biblia, Buey y Bala). Ellos representan la mayoría en la Cámara, mientras que la izquierda y aliados del presidente Luis Inácio Lula da Silva están en minoría.
En un comunicado, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil defendió el proyecto y señaló que era «importante» que se apruebe. Por otro lado, el ministro de Derechos Humanos, Silvio Almeida, consideró que se trataba de una «inmoralidad e inversión de los valores más básicos de la civilización». En tanto, el presidente calificó de «insania» e injusticia la propuesta del texto legal.